Un grupo de arqueólogos halló un colgante perteneciente a una niña judía que guarda gran parecido con el de Ana Frank, quien de su puño y letra registró una crónica en su diario personal, pasando a la historia por cómo ilustró la realidad de los judíos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Encontrado un colgante similar al de Ana Frank en campo de concentración Nazi
Aunque los historiadores han llevado a cabo excavaciones e investigaciones en los antiguos campos de concentración durante décadas, éstos dos dijes han sido los únicos de su tipo que han sido encontrados. El primero de Ana Frank y el segundo de una niña alemano-judía, quien se sospecha, podría tener alguna relación con la familia Frank.
El colgante de plata fue desenterrado en el campo de exterminio de Sobibor, ubicado al este de Polonia en territorio invadido, donde se estima que alrededor de 200.000 personas fueron asesinadas entre 1942 y 1943.
De acuerdo con los expertos del memorial del Holocausto Yad Vashem, de Israel, el colgante recientemente descubierto podría pertenecer a Karoline Cohn, una joven que pudo haber conocido a Frank, sugieren ante el parecido de las piezas.
El nombre de Karoline no figuraba entre las víctimas del Holocausto, pero ahora esta niña ha personificado de manera muy emotiva la terrible experiencia de los que cayeron en manos de los nazis. Su colgante fue hallado en el irónicamente denominado «camino al cielo», un sendero por el que los prisioneros eran conducidos bajo engaño hacia la cámara de gas, donde eran intoxicados con monóxido de carbono o cristales pesticidas.
Vashem, quien está a cargo de las excavaciones en Sobibor, logró concluir que la joven dueña del colgante nació en Frankfurt, Alemania, en 1929, al igual que Frank.
El 11 de noviembre de 1941 fue deportada al gueto de Minsk, en Bielorrusia, el cual fue clausurado en 1943. Por esta razón, se cree que Cohn podría haber estado entre las 2000 personas que los nazis enviaron a Sobibor con el único propósito de ser asesinadas.
Otra hipótesis que manejan los investigadores es que, si Karoline ya había fallecido para esa fecha, habría sido su madre u otro pariente quien llevó el colgante hasta Sobibor.
En un dorso del colgante, además de la fecha y ciudad de nacimiento de la niña, también la frase «Mazal Tov», que significa «Buena Suerte» en hebreo -aunque generalmente se asocia con la expresión «felicitaciones»-.
En el reverso, se observa un la letra hebrea «Hay», con la que se representa el nombre de Dios y tres estrellas de David, uno de los símbolos más representativos de la religión Judía.
Los investigadores recalcan la importancia de este hallazgo puesto que, aseguran, la historia de Karoline es «simbólica del destino compartido de los judíos asesinados» en los campos de concentración y debe ser compartida para que no sea olvidada.
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