El budismo tibetano tiene una de esas filosofías de vida que fascina a los occidentales. La entidad espiritual de pensamiento budista por excelencia son los tulpas; una proyección de la mente que toma forma y conciencia para los monjes tibetanos que practican la meditación tántrica. Para ellos, es un proceso místico de aprendizaje; para nosotros, la generación de una alucinación, pero continúa siendo igualmente interesante conocerlo.
Los tulpas tibetanos o cómo aprender a tener alucinaciones (y que te acompañen)
Consideradas construcciones mentales, los tulpas tibetanos son creaciones a voluntad por la imaginación del yogui. Lo cierto es que es fascinante desde el punto de vista psicológico, ya que los monjes budistas los dotan de una consistencia física que hace que el tulpa sea el fantasma particular del monje. Aunque en Occidente diríamos que es una alucinación o una visión, lo cierto es que para quién ve un tulpa, este adquiere una consistencia física capaz de emitir sonidos y olores.
Un tulpa no tiene porque ser un sujeto, sino que puede ser un objeto cualquiera que va desde un paisaje a un edificio. Está incluido en el aprendizaje Vajrayana, una variedad del budismo más esotérica que la que habitualmente llega hasta nosotros. Según esta corriente, el todo el Universo es un “flujo de conciencia” que está entrelazado y que existe únicamente dentro de la conciencia. Si es así, ¿por qué no van a existir tulpas? Está todo dentro de la mente y esta es una creación mental.
Cómo se crea un tulpa tibetano
Requiere de una mente disciplina para ello durante décadas por lo que para la mayor parte de los occidentales es una tarea imposible. Se tiene evidencia escrita de que la antropóloga y exploradora Alexandra David Néel consiguió crear un tulpa, pero lo hizo después de muchos años de meditar y vivir en una comunidad de monjes tibetanos. Hay un halo pseudocientífico en esta creencia, por supuesto, ya que los seguidores más fervientes creen que el tulpa puede ser visible para otras personas.
A esta antropóloga que vivió hace más de un siglo se le aparecía su tulpa sin previo aviso y le costó meses poder controlarlo nuevamente, ya que, según dicen, si un ente creado es ideado con demasiada pasión o temor era posible que este se mantuviera en la mente de la persona durante largo tiempo y que, de hecho, se convirtiera en una alucinación permanente. Curioso, ¿verdad?
Si quieres saber más acerca de la apasionante vida de Alexandra David Néel, te invitamos a que conozcas más detalles acerca de esta polifacética mujer.
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