A diferencia de la vampira del Raval de la ciudad de Barcelona, de la que os hablamos en Supercurioso y que era inocente de los crímenes que se sospechaba había cometido, Fritz Haarmann, el despiadado vampiro de Hannover fue realmente un peligrosísimo asesino en serie.
Fritz Haarmann, el despiadado vampiro de Hannover
Fritz Haarmann, el «vampiro de Hannover», recibió este sobrenombre por la forma en que prefería asesinar a sus víctimas: mordiéndoles la garganta hasta atravesarla.
Fritz Haarmann nació en Hannover en 1879 en el seno de una familia desestructurada en la que reinaba la violencia. Tenía 5 hermanas mayores y su madre solía vestirlo de niña. El padre solía propinarle frecuentes palizas al verlo con ropa femenina y entretenido cocinando o cosiendo. Al parecer en el colegio sufrió abusos por parte de un profesor.
Acabada la escolarización, entró en el ejército donde permaneció menos de un año pues sufría ataques de epilepsia. A los 17 años fue acusado de varios delitos de abusos sexuales a otros jóvenes y, considerado culpable, fue internado en un psiquiátrico del que escapó a los 7 meses ayudado por su madre.
Tras varios empleos y estar a punto casarse, vivía de cometer pequeñas estafas. Acabada la Primera Guerra Mundial, volvió a Hannover donde alquiló una vivienda de una habitación. Siguió con su vida de delincuente de poca monta y a la vez se convirtió en confidente de la policía, que pasaba por alto sus actividades ilícitas y homosexuales -en aquel momento penadas por la ley-.
Su primer crimen lo cometió a los 40 años. Su «modus operandi» consistía en captar en la estación de autobuses a jóvenes que buscaban hospedaje o empleo.
Entre 1918 y 1924 se cree que asesinó a cerca de 100 jóvenes, aunque únicamente pudieron probarse 24 crímenes y él confesó haber matado «entre 50 y 70 chicos». Los atraía a su casa, les daba de comer y beber, los violaba y luego les mordía en el cuello, en la zona de la nuez de adán, asfixiándolos o seccionándoles la traquea o la carótida. Seguidamente, los desmembraba y vendía su carne como si fuera de caballo o cerdo. De ahí que también se le conozca como «el carnicero de Hannover».
Los huesos, que como en el caso de Karl Denke, regalaba a sus vecinos, despertaron sospechas al ser extremadamente blancos y decidió tirarlos al río. En todo el ritual lo acompañaba su amante: Hans Gras.
Unos niños encontraron en el río Leine una calavera. Se dragó la zona y aparecieron numerosos restos óseos. La policía siguió las pistas y estas la condujeron hasta Fritz Haarmann, su confidente. Se le tendió una trampa utilizando a unos policías jóvenes de Berlín y así pudieron atraparlo.
Se le considera uno de los peores asesinos en serie de Europa. Fue condenado a muerte y su ejecución se llevó a cabo el 15 de abril de 1925, su cómplice Hans Gras, fue condenado a 12 años de cárcel, ya que sólo se pudo probar su colaboración en uno de los asesinatos.
Si quieres conocer la historia de Karl Denke, otro asesino en serie alemán, puedes leerla en el post: El «caritativo» asesino que fabricaba salchichas con sus víctimas.