En el siglo XIII vivió un niño ruso llamado Onfim que sin saberlo dejó un impresionante legado con sus tareas escolares y dibujos en corteza de madera de abedul conservados gracias al tipo de arcilla en el que estaban enterrados y que hoy conforman una ventana al mundo de la Rusia antigua. Descubre lo que Onfim revela en sus trabajos.
Los dibujos de Onfim, un niño de hace 700 años. ¡Descubre su mundo!
Onfim vivió en Nóvgorod, una localidad de Rus de Kiev, que a su vez fue estado eslávico antiguo formado por tribus eslavas orientales en el siglo XIII. El niño dejó sus dibujos y ejercicios escritos en el viejo lenguaje novgorodiano.
Arqueólogos han estado excavando en Veliki Nóvgorod desde 1951 en la búsqueda de artefactos provenientes del periodo comprendido entre el siglo XI y XIV. Los objetos incluían manuscritos hechos de corteza de abedul, que era utilizado como un sustituto barato para el papel en esa época.
Gracias a que estaban enterrados en en un tipo de arcilla que podía conservar objetos duros hechos de metal y blandos hechos de cuero, o en este caso de corteza de abedul, los arqueólogos lograron recuperar alrededor de 1.100 piezas de berestia y entre ellas estaba el arte de Onfim.
Onfim también es conocido como Anthemius de Nóvgorod y durante sus lecciones hizo ejercicios de sílabas y letras mientras aprendía a leer y escribir, pero lo más llamativo de las piezas encontradas son los dibujos que hizo cuando se aburría en los que se retrató a sí mismo y a las personas que conocía.
De 17 manuscritos hechos este niño, doce de ellos son ilustrados. En ellos, escribió pasajes del libro de Salmos de la Biblia que conocía, frases como «Señor, ayuda a tu siervo, Onfim» y otros textos parciales de Salmos 6: 2 y 27: 3.
En otra pieza de corteza se puede ver como el pequeño de 6 o 7 años, según las estimaciones de los arqueólogos, practicaba el alfabeto por un lado y del otro dibujó una imagen de sí mismo disfrazado de bestia sobre la cual escribió «Soy una bestia». La bestia tiene un cuello largo, orejas puntiagudas, una cola rizada, y es o bien chorros de fuego de su boca o tiene una flecha de plumas en ella.
Siendo un niño de la Edad Media, los ídolos de Onfim eran los caballeros por lo que se puede recoger de sus dibujos. En uno de los pedazos de abedul, el chiquillo comenzó a escribir el alfabeto en su lenguaje natal pero rápidamente cambió de idea y decidió plasmar su fantasía de convertirse en un caballero con su armadura y espada para pelear con sus enemigos montado a caballo. Su nombre aparece como firma al lado del dibujo.
Otras piezas de arte incluyen a su familia, su maestro y amigos. Sin duda, se trata de una muestra de la creatividad de los niños en la antigüedad.
Resulta interesante, además, ver como, al fin y al cabo, los temas tratados por los niños no han variado tanto desde hace casi mil años. Onfim ilustra sus fantasías, sus deseos, permite intuir sus miedos y su amor y admiración que están dirigidos a su familia. Realmente curioso. ¿Qué te ha parecido a ti?
¿Te ha resultado interesante descubrir los dibujos de Onfim?
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