Son el «enemigo invisible» de la humanidad, capaz de producir más bajas que una guerra, microorganismos letales contra los que la medicina tiene muy difícil ganar la partida. pues son hábiles estrategas capaces de mutar genéticamente y transmitir esa mutación a su descendencia para que esta tenga más posibilidades de supervivencia ante la presión que el arsenal químico del ser humano ejerce sobre ellas, convirtiéndose así en Superbacterias.
Acinetobacter baumannii otra de las Superbacterias que amenazan a la humanidad
Las bacterias son organismos mutantes, por surrealista que pueda parecer, y no creas que es algo nuevo… precisamente es esta particular característica la que los científicos vienen aprovechando, casi desde la aparición del primer antibiótico, para crear nuevas generaciones del antagonista de la bacteria, el antibiótico, del cual se han desarrollado hasta cuatro generaciones, en varios grupos, de aquella molécula original, con la aplicación de pequeños cambios a la estructura química primaria. A su vez, por supuesto, proliferaban las resistencias, de hecho de la resistencia al Carbapenem se originaron dos superbacterias, una de ellas es el Acinetobacter Baumannii.
Los primeros casos que se registraron de esta nueva cepa de bacterias provenían de un hospital militar estadounidense situado en Iraq, durante la Segunda Guerra del Golfo en el 2003. Al principio se pensaba que el origen de esta grave infección que atacó a los soldados estaba en el suelo iraquí, más tarde se verificaron otros contagios en diversos hospitales de campaña cuya única relación era los suministros provenientes de hospitales europeos, por lo que realizando un análisis bioquímico se descubrió que el contagio se había producido a través del material y el personal médico transportado desde Europa.
El Acinetobacter Baumannii puede causar enfermedades como la neumonía derivada del contacto con los instrumentos de respiración artificial, pero también puede causar graves infecciones de la piel, en heridas y bacteriemia. Para combatir este patógeno se desaconseja el uso de etanol para desinfectar, pues se ha demostrado que esta bacteria prolifera con esta sustancia, y los antibióticos como la penicilina, cloranfenicol, aminoglucósidos, fluoroquinolona e incluso el carbapenem por lo que quedan muy pocas opciones como la polimixina B o tratamientos combinados de antibióticos.
Por suerte, al igual que sucedía con el Staphylococcus aureus, no representa un riesgo para las personas cuyo sistema inmunológico está sano, siendo en cualquier caso la mejor defensa la prevención para la que se recomienda la higiene.