¿Alguna vez has escuchado hablar del asteroide Apofis? ¿Te suenan los llamados asteroides del Juicio Final? En Supercurioso ya tratamos un tema similar cuándo hablamos del fenómeno Tunguska . En este artículo vamos a adentrarnos en el peligro real que suponen los asteroides para la raza humana y veremos algún caso de los considerados «de alto riesgo”. Alrededor de estas piedras espaciales han surgido muchas falsas supersticiones, de modo que, tal y como dijo Harry Stamper en «Armaggedon»: “Tenemos una roca que taladrar”.
El asteroide Apofis
Es la gran amenaza del momento en materia de asteroides, pero ¿son ciertos los rumores de que tiene posibilidades de acabar chocando contra la Tierra? Sí y no. O, lo que es lo mismo, sí, pero muy pocas.
Hay que tener en cuenta varias cosas: nuestro Sistema Solar está lleno de rocas pululando sin control. Estas rocas miden desde unos centímetros hasta varios kilómetros de diametro y van girando alrededor del sol y siendo capturadas una y otra vez por la órbita de los planetas. Otro dato importante es que desde mediados de los 90 hasta ahora se han descubierto alrededor de 800.000 asteroides de estas características que puedan afectar potencialmente a la Tierra. De ellos, unos 80.000 pasan cerca de la Tierra, pero sin llegar a constituir un serio peligro. Algunos de sus nombres – que probablemente no volverás a oír mencionar- son Eros, Ida (su satélite Dactyl) o Gaspra.
De todos estos asteroides se destaca uno que, por sus características orbitales, adquiere un mayor peligro para nosotros. Es el caso del Apophis (o Apofis), pero ¿qué sabemos de él?
Apofis tiene 325 metros – un tamaño considerable – y fue descubierto en el año 2004. Desde entonces se han podido calcular sus aproximaciones a nuestro planeta en años venideros. Cuando se descubrió, dio mucho miedo, ya que se estimó una posibilidad de un 3% de impacto contra el Planeta Tierra en 2036. Ahora sabemos que esa posibilidad no es tal.
Su punto más cercano a nuestro Planeta lo atravesó en la madrugada del 5 de Enero de 2014. Fueron 14 millones de kilómetros y de esta aproximación se pudieron extraer varios datos, que han ayudado a los científicos a conocer más sobre su órbita y sus características morfológicas. En primer lugar, no volverá a pasar cerca hasta 2029, cuando se aproximará a 36.000km de la Tierra. Segundo, hasta ese mismo año no se podrá calcular su trayectoria para el 2036. Tercero, es un asteroide muy poco reflectivo, es decir, casi toda la luz solar que le llega es absorbida y muy poca es reflejada. Esto tiene importancia, porque su trayectoria al ser muy elíptica es susceptible de variar debido al efecto Yarkovsky – efecto derivado de la alteración en la trayectoria que produce la radiación solar sobre asteroides de pequeño tamaño-.
Por lo tanto, como reflexión final concluimos que cualquier conjetura que se haga es sólo eso: una conjetura. Así que tendremos que esperar hasta 2029 para conocer cómo afecta la gravedad de la Tierra al asteroide.
Los asteroides del Juicio Final
Se conoce como asteroides del Juicio Final a aquellos que miden más de 1 km. Los científicos se han devanado los sesos desde mediados de los 90 intentando localizar todos los que puedan afectar directamente a la tierra. En 2008, la NASA anunció que el 90% de este tipo de asteroides estaban catalogados, aunque menos de un año después se descubrió un nuevo asteroide de más de 2 kilómetros. Esto nos lleva, de nuevo, a percatarnos de que estar seguro de una información es algo que el espacio no permite. Debido a ello, en los últimos años, se han ido creando distintos programas de detección de amenazas del espacio. Como dato, Buzz Aldrin (uno de los 3 astronautas que llegó a la luna) está involucrado en un programa para averiguar la mejor manera de atajar una amenaza potencial de impacto.
Otro programa de detección muy importante es el ATLAS, cuyo objetivo es prevenir con al menos una semana de antelación el impacto de cualquier objeto de 45 metros. Estará operativo en 2015, pero aunque hubiese entrado antes en funcionamiento, no habría sido capaz, por ejemplo, de detectar el que cayó en Cheliábinsk (Rusia) en 2013 debido a su pequeño tamaño – 17 metros -.
¿Qué soluciones hay previstas si un asteroide se aproxima a La Tierra?
Tened en mente que una respuesta internacional conjunta hoy en día para detener una amenaza de este calibre es complicada y se asemeja mucho a lo que Michael Bay (director de «Armaggedon») le contestó a Ben Affleck cuando osó preguntarle por qué no enseñaban a astronautas profesionales a perforar, en lugar de a perforadores profesionales a “astronautear”. Su respuesta fue “Tú te callas”.
Esto parece ser lo que Rusia piensa contestar al resto del mundo, ya que en 2009 el director de la agencia espacial Rusa, Anatoly Perminov, anunció que Rusia buscaría una respuesta unilateral a la amenaza del Apofis intentando desviar su trayectoria cuando pase cerca de nuevo. De modo que, gracias a Rusia podemos vernos con una amenaza espacial. Esta vez los estadounidenses sí podrán decir aquello de “la culpa es de los rusos”.
Decisiones alocadas aparte, parece que la solución es –cómo no- nuclear. Aunque en este caso el principal problema sería legal, ya que actualmente hay una normativa que prohíbe la actividad nuclear en el espacio. La UE estableció el programa NeoShield para intentar encontrar la mejor solución.
Lo que sí parece definitivo es que estamos lejos de un acuerdo y que, si a corto plazo hubiese algún problema, el mundo se vería obligado a improvisar.
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