La ansiedad es una de las afecciones mentales más comunes de los que la gente cree. Para describirla, la gente a menudo utiliza los términos ansiedad y trastorno de ansiedad como si fuesen sinónimos, pero son estados psicológicos diferentes, que, aunque estén asociados, tienen implicaciones muy distintas sobre nuestra salud emocional y psicológica.
Estas son las diferencias entre tener ansiedad y trastorno de ansiedad
La primera gran diferencia entre estar ansioso y tener ataques de ansiedad es su duración y cómo termina: mientras el estar ansioso tiene un disparador, alguna situación que genera la ansiedad y una vez que esta termina, también lo hace la ansiedad; en el caso del trastorno de ansiedad se puede alargar durante meses y es causado a menudo por situaciones que para la mayoría no serían causa de ansiedad.
De acuerdo con MedlinePlus, cuya información procede de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el miedo y la ansiedad son parte fundamental de la vida. El tipo de ansiedad que se presenta con situaciones peligrosas permite estar más alerta o ser más cuidadoso.
Como hemos dicho, hay un disparador, una razón, cuando hablamos de sentirnos ansiosos: un examen, una presentación, una entrevista, hablar en público, llegar a tiempo… Son algunas situaciones en las que es perfectamente normal sentir un grado de ansiedad. Aunque de manera vaga para algunos y más intensa para otros, siempre que tenga una razón detrás, se llama ansiedad. Ahora bien, cuando esta ansiedad y sentimiento del miedo se alargar en el tiempo, te paraliza y te imposibilita hacer vida normal, entonces te estás enfrentando un trastorno de ansiedad.
En el caso del trastorno de ansiedad, hablamos de una enfermedad crónica que tiene un impacto significativo en tu función diaria y puede robarte cualquier alegría en su vida. Más de 40 millones de personas en los Estados Unidos sufren de trastorno de ansiedad. Es serio y es importante no confundirlo con la ansiedad, aunque a veces algunos síntomas se asemejen en uno u otro nivel.
Los trastornos de ansiedad toman tres formas:
- La ansiedad generalizada, en la que el estrés tiende a unirse a cualquier cosa y a todo
- La ansiedad social, que puede hacer muy difícil para una persona para interactuar con los demás
- El trastorno de pánico, que se manifiesta en ataques de pánico asustadizos.
Las personas con trastornos de ansiedad no son capaces de elegir hacer cosas que la gente normalmente disfruta o que hacen que sus vidas sean plenas. Pierden oportunidades de relacionarse con su entorno o en la comunidad, oportunidades de ser productivo, de ser voluntario, de ganar dinero o terminar la escuela… La ansiedad que sienten es demasiada como para enfrentarse a nuevos escenarios que, desde su punto de vista, podrían arriesgar su seguridad.
En ese caso, lo mejor es buscar la ayuda profesional correspondiente. No es necesario vivir con el trastorno de ansiedad robándote los momentos alegres de tu vida y un experto en este tema podrá ayudarte a tener una mejor calidad de vida. Si reconoces estos síntomas, sé valiente y enfréntate a ello. Mereces vivir sin este peso constante.
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