Hace 1.652 años, Neápolis, una de las ciudades romanas más importantes del momento, quedó parcialmente sumergida tras un poderoso terremoto y posterior tsunami. Sus ruinas, encontradas en el mar de la ciudad costera de Nabeul (Túnez), son un auténtico tesoro y el mejor testimonio de la grandeza de lo que una vez fue una de las ciudades más importantes e influyentes de su época.
Los tesoros de la ciudad perdida de Neápolis
El 21 de Julio del año 365, un gran terremoto que probablemente fue seguido de un tsunami destruyó parcialmente una de las ciudades romanas más importantes del momento. Se trata de Neápolis, una próspera urbe que debía su desarrollo principalmente a la comercialización del garo.
El garo, por aquellos años, era sumamente popular. Se trataba de una salsa cuyo ingrediente principal eran las vísceras fermentadas de pescado. Esta salsa era una de las predilectas de la Antigua Roma, puesto que creían que la misma tenía propiedades afrodisíacas. El éxito de esta salsa fue de tal dimensión que Neápolis se convirtió rápidamente en el mayor productor de todo el Mediterráneo.
Los tesoros encontrados en las profundidades son el mejor testimonio de la grandeza y prosperidad que un día caracterizó a esta ciudad. En este sentido, Mounir Fantar, jefe de la expedición, explica lo encontrado al periódico El País:
“Hemos encontrado unos 200 tanques de almacenaje de garo y de salazón, lo que significa que Neápolis era probablemente el mayor centro de producción de garo todo el Mediterráneo. De ahí su riqueza”
El descubrimiento de Neápolis es el equivalente a un área de más de 20 hectáreas. Además de los tanques de almacenaje de garo, también encontraron restos de calles y una gran cantidad de monumentos.
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Otro de los datos más interesantes es el de poder comprobar que efectivamente ese devastador terremoto y tsunami fue un hecho. Mounir Fantar también se refirió a este importante aspecto exlicando que existe constancia de un tsunami en las crónicas de Amiano Marcelino. Al parecer, este desastre natural fue tan grave que barrió varias urbes del Norte de África, incluso afectó la ciudad de Alejandría. Saber que esto sucedió realmente permite bincular los relatos de los historiadores de la época con los hallazgos arqueológicos e interpretarlos cada vez con mayor precisión.
Sin duda alguna, este descubrimiento arqueológico se ha convertido en uno de los más importantes de los últimos años. Resulta fascinante poder observar los restos de lo que una vez fue una las ciudades más prósperas de la Antigua Roma. Son muchos los tesoros que todavía quedan por descubrir de la ciudad sumergida hace 1.652 años, Neápolis.
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