Ninguno de nosotros tenemos la menor duda, si una palabra hace que abramos los ojos esperando un resultado asombroso tras su vocalización, esa es ABRACADABRA. Los magos de nuestra infancia ya la pronunciaban antes de realizar uno de sus trucos y sigue utilizándose hoy en día. Pero, ¿te has preguntado por el origen de esta expresión y si realmente tiene algún significado? ABRACADABRA: una antiquísima palabra mágica, mucho más de lo que crees.
ABRACADABRA, la palabra mágica
Abracadabra es una palabra usada en los encantamientos y en la magia como fórmula mágica. Existe en muchas lenguas europeas sin prácticamente modificación (español, inglés, alemán, ruso…).
La primera mención escrita nos llega en el siglo II de la mano del médico Quinto Serenus Sammonicus, que trabajó para el emperador romano Caracalla y que en el capítulo 51 de su libro «Liber medicinalis» aconseja a los enfermos de malaria portar colgado del cuello un amuleto con la palabra Abracadabra escrita en forma de triángulo. Se creía que tenía poder para hacer desaparecer las enfermedades mortales poco a poco al ir restando una letra a la palabra en cada línea.
Los gnósticos de la secta de Basílides también utilizaron la palabra como fórmula mágica, escrita en amuletos, para invocar espíritus benéficos que los ayudaran a frenar tanto las enfermedades como las desgracias. Posteriormente su uso se extendió fuera de la secta.
El origen real de la palabra ABRACADABRA es incierto. Unos historiadores opinan que procede del arameo (lengua antigua relacionada con el hebreo) «אברא כדברא» «avrah k’davra» cuya traducción es «Creo mientras hablo», otros que del árabe «abreq ad habra» que quiere decir «trueno que mata» y sería una manera de conjurarlo o también podría ser simplemente un hechizo que recogía las primeras letras del alfabeto latino tardío «A-Bra-Ca-Dabra» y daría poder sobre todas las cosas.
La última teoría apunta a que en realidad es un vocablo sin sentido con un trasfondo misterioso que podía provenir de un culto persa. Éste prescribía que se debían adorar 365 dioses, tantos como días tenía el año, y cuando se oraba se los debía mencionar a todos. Si te saltabas alguno, esto podía crear una ofensa a ese dios y caer sobre ti la desgracia. El único remedio era volver a empezar. Los sacerdotes para resolver este problema decidieron reemplazar los nombres por letras griegas y situarlos en un amuleto en forma triangular. Como esto también era complicado, finalmente resolvieron simplificar más y únicamente se utilizó la primera linea del triángulo mágico. La palabra que quedó fue ABRACADABRA.
Actualmente todavía la pronuncian muchos magos cuando hacen un truco de magia. Como curiosidad añadiremos que la palabra Abracadabra se parece mucho a la que utilizó J.K. Rowling, en la serie de libros de Harry Potter, para uno de sus peores maleficios: «AVADA KEDAVRA». Esta expresión procede del arameo y quiere decir «que la cosa se destruya».
¿Pensabas que la palabra Abracadabra era tan antigua y tenía tanta historia? Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer el post:
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