Hay pocas sensaciones que podamos experimentar que sean más desagradables que el ahogo. Quienes padecen insuficiencia respiratoria lo entenderán. Saben que sientes como si dejaras de vivir sin morir durante unos segundos, minutos o incluso horas. Solo eres capaz de pensar en que necesitas que el aire entre en tus pulmones. El ahogamiento en seco es una modalidad de ahogo muy diferente a la que se imaginan quienes piensan en ahogarse (normalmente en un medio líquido) y se parece más a lo que percibe un asmático cuando tiene un ataque de asma. Esto es el ahogamiento en seco.
¿Qué es el ahogamiento en seco?
Hay dos maneras de sufrir un ahogamiento en seco: la primera es cuando un poco de líquido es aspirado por los pulmones. Posteriormente provocará asfixia. También puede ser por edema pulmonar. La segunda se da cuando las causas son parálisis muscular, apnea, exposición prolongada a un gas tóxico (después de largo tiempo expuesto) entre otros motivos. En este último caso no es necesaria la ingesta de ni siquiera una pequeña cantidad de líquido.
Lo cierto es que no es un ahogamiento en seco al uso pero hay un buen motivo para ello. ¿Quieres conocerlo?
¿Por qué se denomina ahogamiento en seco?
El caso más famoso del ahogamiento en seco fue el responsable de que este nombre se extendiera entre la población. Aconteció en 2008 en Carolina del Sur. Un niño de 10 años murió varias horas después de estar en el agua. Lo cierto es que este no es un ahogamiento en seco al uso, sino que debería ser un caso claro de laringoespasmo provocado por una apnea.
El niño murió varias horas después de nadar en el agua debido a un edema pulmonar que fue ocasionado por una herida en los pulmones. Durante el tiempo en el agua debió tragar y, por desgracia, permitir entrar en sus pulmones una cantidad de líquido que le provocó, posteriormente, el edema pulmonar. Por ello, en este caso, el niño sufriría un caso de ahogamiento secundario o húmedo en vez de ahogamiento en seco.
¿Cuáles son las señales del ahogamiento en seco en niños?
Puesto que es mucho más común en niños que en adultos, hay una serie de señales a tener en cuenta después de un baño o de la ingesta excesiva de agua por parte de un menor.
Si tiene dificultad para respirar, cansancio, somnolencia, tos, así como falta de atención o problemas para pronunciar palabras te recomendamos encarecidamente que optes por identificar la posibilidad de un ahogamiento en seco y llevarle rápidamente ante un médico.
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