El incesto ha sido tabú en prácticamente la totalidad de las civilizaciones humanas, con la excepción de algunos gobernantes que contraían matrimonio con familiares cercanos a fin de preservar una sangre que creían divina. Posiblemente, nuestros antepasados se dieron cuenta de que la consanguinidad provocaba graves alteraciones en la descendencia. El llamado efecto Westermarck, del que ya te hablamos en Supercurioso, explica un efecto psicológico según el cual «las personas que viven cerca durante los primeros años de su vida se vuelven insensibles a la atracción sexual entre sí». Sin embargo, desde la década de los 80 del siglo XX, existe un movimiento que defiende la existencia de una Atracción Sexual Genética. Acompáñanos a descubrir qué es y en qué se basa.
La Atracción Sexual Genética. ¿Verdad o pseudociencia?
La atracción sexual genética se define como una «fuerte atracción sexual entre parientes cercanos que se conocen por primera vez como adultos». El término fue acuñado por Bárbara Gonyo en la década de los 80 del siglo XX y se basa en su propia experiencia. Gonyo defiende que las personas tienen tendencia a seleccionar parejas similares a ellos mismos y no solo en lo que respecta al físico, sino también a los rasgos mentales. Cree que se encuentran más atractivos y fiables rostros similares al propio que aquellos que son más diferentes.
Como estos rasgos físicos están determinados en buena parte por la genética, Gonyo presupone que, cuando dos adultos consanguíneos que no saben que lo son se encuentran sienten esa Atracción Sexual Genética. Esta atracción sexual, conduce en algunos casos al incesto y a ser vivida como una situación angustiante por quienes la padecen y sus familias.
El Dr. Maurice Greenberg realizó un estudio sobre la Atracción Sexual Genética concluyendo que las personas afectadas por este fenómeno carecían del vínculo familiar primario que se crea entre las personas que se crían juntas en la infancia. Greenberg cree que cuando se conocen en la edad adulta intentan crear ese vínculo del que carecían y esa necesidad se convierte en una gran atracción afectiva que en ocasiones deriva en una atracción sexual.
1. Tres casos reales de Atracción Sexual Genética
Aunque a la mayoría de nosotros pueda resultarnos incomprensible, los casos de aparente Atracción Sexual Genética existen y siguen siendo estudiados por la psicología.
1. Patrick Stübing y Susan Karolewski
Patrick Stübing y Susan Karolewski son hermanos. Patrick fue dado en adopción cuando tenía tres años debido a que su padre intentó apuñalarlo y a las precarias condiciones en que vivía la familia. Cuando contaba 23 años, murió la madre biológica de Patrick y él contactó con su familia. Conoció a su hermana Susan de 16 años y al parecer se enamoraron. No se sentían hermanos en absoluto. Su unión dio como fruto 4 hijos, tres de los cuales tienen problemas físicos o mentales. Stübing estuvo tres veces en la cárcel cumpliendo condena por incesto ya que la legislación alemana prohíbe las relaciones entre hermanos. Susan se libró de la cárcel debido a que sufre una ligera discapacidad mental.
2. Kim West y Ben Ford
En 2016 este caso se hizo famoso en todo el mundo. Kim West tuvo un hijo cuando contaba 19 años. A las pocas semanas fue obligada a darlo en adopción. 30 años después, madre e hijo se pusieron en contacto y finalmente decidieron verse. Al parecer desde el primer momento sintieron una fuerte atracción sexual. Ben se divorció de su mujer y se unió a la que era realmente su madre biológica. El caso saltó a los medios de comunicación ya que ambos deseaban tener un hijo. Ninguno de los dos considera que estén en una relación incestuosa, sino que lo suyo es un caso claro de Atracción Sexual Genética.
3. Kathryn Harrison y su padre biológico
La escritora norteamericana Kathryn Harrison relató en uno de sus libros titulado «El Beso» la relación incestuosa que mantuvo con su padre biológico durante cuatro años. Sus padres, adolescentes cuando ella nació, se separaron al poco tiempo y ella fue criada por sus abuelos maternos. Cuando tenía 20 años conoció a su padre y fueron pareja durante cuatro años. En su obra narra las contradicciones, dudas, culpabilidad y rechazo que la relación suscitó.
2.Tabú y consecuencias legales
Las personas que supuestamente se han visto afectadas por la Atracción Sexual Genética y han formado parejas se enfrentan a un doble sufrimiento. Por un lado se enfrentan al tabú del incesto y al rechazo social y por otro a las consecuencias legales que sus actos puedan tener, ya que las legislaciones de la mayoría de países son taxativas en este sentido.
Otro ámbito de estudio, en el que ya indagamos en Supercurioso, es la tendencia a buscar parejas genéticamente parecidas en aspectos como la altura (que está regulada por las hormonas del crecimiento), el metabolismo o el rendimiento académico, pero es diferente de la Atracción Sexual Genética defendida por Bárbara Gonyo.
En la mayoría de ámbitos clínicos se considera que la Atracción Sexual Genética no existe realmente y que es una pseudociencia sin ninguna base científica. Acusan a Bárbara Gonyo de haber formulado esta teoría para justificar su propio caso. ¿Qué opinas? ¿Crees que puede existir una Atracción Sexual Genética cuando las personas han sido separadas en su infancia y desconocen su consanguinidad? ¿Conoces otros casos como los expuestos? ¡Comparte con nosotros tu opinión! Estaremos encantados de leerla.