Una mina terrestre es un artilugio explosivo que se entierra a poca profundidad, se camufla, y es activado cuando un vehículo o persona se acercan y lo activan sin darse cuenta. Está formado por un explosivo y un detonador. Las minas antipersonas son un subgrupo de las minas terrestres y están fabricados con un diseño que busca matar, herir o mutilar a las víctimas bajo la premisa de que para una zona en guerra es mucho peor tener que atender a los incapacitados por las minas que a los muertos. Son muchos los países que a pesar de haber cesado en sus conflictos siguen con los campos plagados de minas terrestres de las que con frecuencia las víctimas son niños. Por ese motivo un grupo de científicos han dado a conocer un nuevo proyecto que puede ayudar a la localización de esos artefactos: Bacterias luminosas contra minas terrestres, ¿lo sabías?
Bacterias luminosas contra minas terrestres
Cada año son cientos las víctimas de minas terrestres que quedan mutiladas y de ello los esfuerzos que se están haciendo para su detección y eliminación. Se calcula que en la actualidad hay más de 110 millones de minas diseminadas en el suelo de 64 países y que pueden seguir activas durante más de 50 años.
Colocar una mina antipersona cuesta menos de dos dólares y quitarla puede llegar a costar casi 800. La técnica más común para limpiar los lugares en los que se cree que hay minas y que en la mayoría de ocasiones no están señalizados, es caminando por ella sobre plataformas que distribuyen el peso y con la ayuda de algún utensilio ir detectando elementos duros bajo el terreno. Otros sistemas son los detectores de metales, los animales que olfatean explosivos, las semillas alteradas genéticamente cuyas plantas cambian de color si están cerca de una mina o unas ruedas giratorias que cruzan los campos haciéndolas estallar.
La Universidad Hebrea de Jerusalén está ultimando una nueva manera de detectar dónde hay minas terrestres. El método es parecido al de las semillas modificadas pero usa bacterias en vez de plantas. Las bacterias han sido modificadas genéticamente para que se vuelvan fluorescentes bajo una luz láser si están sometidas a los efluvios que desprenden los explosivos de las minas. El sistema consistiría en dispersar las bacterias en las zonas en las que se sospecha que hay minas terrestres y luego barrerlas con un láser. Así se detectarían la ubicación de las minas que están bajo la superficie terrestre.
A pesar que desde el Tratado de Otawa que entró en vigor el 1 de marzo de 1999 el uso de estos artilugios ha disminuido mucho aún quedan algunos países que los utilizan como China, Corea del Norte, Israel o Rusia. Otros como EE.UU. o Finlandia no los usan pero tampoco los han prohibido.
¿Qué te ha parecido este nuevo sistema de detección de minas terrestres? ¿Crees que hay que seguir trabajando para que todos los países del mundo firmen el Tratado de Otawa? Si te ha interesado este artículo sobre las bacterias luminosas que pueden luchar contra las minas terrestres, quizá quieras leer:
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Imagen: Remote detection of buried landmines is a possible application of system to remotely detect buried landmines using a bacterial sensor and a laser-based scanning system. Credit: Hebrew University