Ocurre más de lo que pensamos. Inmensas embarcaciones que, en un momento dado, acaban siendo abandonadas por tripulantes y pasajeros, quedando suspendidas en un limbo legal donde nadie acaba responsabilizándose de estos gigantes barcos de hierro oxidados por el mar y el tiempo.
Navegan a la deriva, guiados por las corrientes oceánicas y las mareas empujándoles en un viaje sin destino. En ocasiones, en sus camarotes y salas de máquinas se encierran enigmas no resueltos, misterios que provocaron en un pasado la desaparición de aquellos que viajaban en sus entrañas y que aún hoy, no han podido ser desvelados o comprendidos. De ahí que los llamen barcos fantasma, naves titánicas que pueden encontrarse de vez en cuando con barcos pesqueros, trasatlánticos e incluso cruceros que detectan en sus radares la cercanía de esos fantasmas marinos henchidos por corrientes silenciosas y misterios.
¿Te gustaría conocer los casos más conocidos?
El Mary Celeste
Uno de los misterios más conocidos dentro de navegación. El Mary Celeste era un distinguido buque que apareció el 4 de diciembre de 1872, entre las Azores y Portugal. Llevaba varios años a la deriva, se había perdido su contacto y su localización.
Cuando se logró entrar al interior de sus instalaciones, se descubrió que la tripulación había desaparecido sin dejar rastro, no había restos, ni pistas, tampoco marcas de que hubieran sido asaltados o atacados. Es más, el barco estaba lleno de provisiones para al menos un mes, e incluso su cargamento de 1.701 barriles de alcohol industrial seguían intactos en la bodega.
El libro de bitácoras marcaba un último mensaje del capitán fechado el 24 de noviembre de 1870. Benjamin Briggs no hablaba de nada anormal. Solo rutina. Pero todas las pistas indicaban que la gente había salido con “mucha prisa”. Las pipas y el tabaco habían sido abandonadas de pronto, no había botes salvavidas que pudieran explicar tampoco una posible huida por mar de la tripulación… sencillamente, no había explicación alguna. El Mary Celeste es el misterio más enigmático de la historia marítima.
El Holandés Errante
Perdieron el control, quedando a la deriva semanas y semanas. La leyenda dice que el capitán, Van der fiecken se enfureció viendo que no podía hacer nada por salvar su barco y su tripulación, así que empezó a lanzar maldiciones. Lleno de rabia, le gritó a la tempestad nocturna las siguientes palabras:
«Desafío al poder de Dios a detener el curso de mi destino y mi resuelta carrera. Ni el mismo diablo despertará mi temor. Aunque tenga que surcar los mares hasta el día del juicio».
Y cómo no, Dios no tardó en vengarse de aquella afrenta, ordenando que Van der Decken y su barco errasen para siempre por los mares «hasta que las trompetas de Dios rasgasen los cielos». Y aún hay más… quien se encuentre con «El holandés herrante», sufrirá una terrible desgracia.
El crucero ruso Lyubov Orlova
Actualidad de primera página. Este barco está a punto de llegar a costas británicas. Su presencia está alzando una alarma mundial ante una embarcación gigantesca que lleva años navegando a la deriva, y custodiando en su interior un auténtico ejército de ratas. De ratas que han sobrevivido alimentándose unas de otras. Sencillamente terrible. Se teme que puedan tener peligrosos virus que escampar, si por una de aquellas, alguno de estos animales lograra llegar a tierra firme.
El Lyubov Orlova, fue construido en 1976, y lleva el nombre de una actriz y cantante rusa. Durante más de 30 años ha sido usado como barco de expedición para aguas del Ártico y del Antártico, hasta que en el 2006 quedó varado en la Antártida. A pesar de ser remolcado, en el 2010 fue abandonado por sus propietarios en Terranova.
Más tarde se vendió para el desguace, pero el barco que lo remolcaba, lo acabó perdiendo y nadie se preocupó por recuperarlo, convirtiéndose en una amenaza para otros navíos. Las corrientes marinas del Atlántico lo han llevado desde entonces, de aquí allá a lo largo de los años, hasta que hace unas semanas, se le ha vuelto a ver acercándose ya a las costas de Escocia.
Los satélites y los testigos que han pasado a su lado a bordo de otras embarcaciones, han visto como por sus puentes recorren cientos de ratas nerviosas por ese largo viaje que parece no terminar nunca. Los zoólogos y biólogos deducen que seguramente, para sobrevivir han practicado el canibalismo, así que se trata de un barco realmente peligroso causante de una alarma médica de la que nadie parece responsabilizarse. Aunque también se dice, que el Lyuvov Orlova está hundiéndose poco a poco…
Un barco fantasma más abandonado a su suerte y habitado por incómodos misterios que de vez en cuando, asoman a la superficie. Aunque los expertos dicen que en realidad, son cientos los barcos que navegan sin rumbo y sin capitán alguno en su timón. Quién sabe, tal vez todos ellos hayan tropezado alguna vez con el temible «Holandés Herrante».