Nuestro planeta es como un granito de arena en la inmensidad del cosmos y no estamos rodeados precisamente de nada, en realidad se calcula que hay cerca de 6300 toneladas de basura espacial flotando en el universo. Aunque, bien pensado, es mucho mejor que esa basura espacial esté orbitando en el espacio que aquí en la Tierra, ¿no te parece?
Pues, la respuesta a esa pregunta dependerá de si eres o no un astronauta, ya que tienes que saber que se ha comprobado que en el espacio, a una velocidad orbital, una partícula del tamaño de aproximadamente una uña o una goma de borrar de un lápiz podría llegar a perforar un agujero de 13 centímetros de profundidad en un trozo de aluminio.
En qué consiste la basura espacial
Que no cunda el pánico, esa pieza de aluminio que resultó perforada no era una parte crucial de la nave espacial. En realidad, esto fue parte de un experimento que se llevó a cabo aquí, en la Tierra, pera intentar demostrar los tipos de peligros que existen en la exosfera.
Los resultados pudieron demostrar cómo una mota pequeña pudo ocasionar graves estragos y, de hecho, sólo pesaba 14 gramos.
Si los elementos en órbita quieren evitar caer, tienen que viajar a una vertiginosa velocidad de 28.000 kilómetros por hora. Pensarlo ya nos marea. Ese es el principal motivo por el que un pedazo de basura tan pequeño puede llegar a causar verdaderos destrozos.
Para poder llegar a simular este tipo de velocidad en un laboratorio, los investigadores tuvieron que utilizar una pistola de gas ligero, que puede tiene la capacidad de propulsar objetos a una velocidad increíble.
No obstante, aunque parezca que el hecho de que una pequeña cantidad de escombros pueda causar un gran destrozo es una información terrible, en realidad no es la peor noticia. La noticia verdaderamente desesperante es saber que precisamente el espacio exterior está lleno de toneladas de escombros. Si una pequeña mota de basura espacial da miedo, ¡imagínate toneladas!
A pesar de lo que pueda parecer, estos datos que te estamos dando acerca de la basura espacial no son datos hipotéticos. Existen pruebas reales de los daños que estos restos generan. En 2016, una pequeña astilla dejó una grieta en una de las ventanas de la Estación Espacial Internacional. Ese mismo año, el satélite Sentinal-1A de la Agencia espacial Europea, recibió el impacto de un trozo de basura espacial de un tamaño milimétrico y llegó a dejar un hueco 100 veces mayor que su propio tamaño.
El problema radica en el tamaño de la basura espacial. En el espacio existen grandes piezas de chatarra que constantemente amenazan con colisionar con nuestros objetos en órbita, sin embargo este tipo de basura espacial es fácilmente rastreable y, por lo tanto, los satélites pueden moverse a otras órbitas más elevadas o más bajas y, de esa forma, evitar los impactos. Sin embargo, cuando las piezas son de tamaño muy pequeño, como por ejemplo partículas de pintura o astillas, como comentábamos antes, son mucho más difíciles de rastrear y, por lo tanto, resultan más difíciles de esquivar. La opción que tenemos es la suposición y la planificación en consecuencia, por lo menos mientras no enviemos al espacio a alguien que nos limpie toda esa basura espacial que parece que nos rodea.
Está claro que la basura espacial, sea del tamaño que sea, supone un gran peligro para nuestro planeta. Cualquiera de estos objetos podrían chocar entre ellos y cambiar de órbita pudiendo dirigirse incluso a nuestra atmósfera. Existe la posibilidad de que impacten contra algún satélite o, más peligroso aún, de que dañen una estación Espacial poniendo en riesgo a los astronautas que se encuentran viviendo en su interior.
Quizá deberíamos tener también en cuenta que estamos en un continuo envío de tecnología al exterior de nuestro planeta. Lo que puede parecer algo positivo, tiene daños colaterales y ese es el aumento exponencial de basura espacial. Los investigadores se muestran algo preocupados por este crecimiento y aseguran que deberíamos tomarnos muy en serio las señales de alarma ante un riesgo creciente para nuestro planeta, si no se toman medidas.
Actualmente ya existe un programa especial, llevado a cabo por agencias espaciales, que tiene el objetivo investigar todo lo referente a esta basura espacial para saber cómo hacer frente a este problema creciente.
La ESA, siglas de European Space Agency, la agencia Espacial Europea, ya tiene un proyecto para intentar recoger toda esta basura espacial. Es el E-Deorbit, que consiste en un pequeño satélite que lanzará una red que atrapará toda esa basura espacial e intentará traerla de vuelta a nuestro planeta de la manera más segura posible. Esperemos que eso funcione y acabe con esta preocupante amenaza que va en aumento.
¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre la basura espacial? ¿Eras consciente del peligro que podía suponer para nuestro planeta estas pequeñas partículas de basura? Cuéntanos tus impresiones en el apartado de comentarios. ¡Queremos leer tus opiniones!