A las mujeres, hasta bien entrado el siglo XX, no se les ha permitido formar parte de los ejércitos de sus países. A pesar de ello se han dado casos en los que féminas vestidas de hombre se ha alistado por diversos motivos y han luchado junto a los varones dando múltiples muestras de valor. Uno de los casos más famosos es el de Brita Hagber que vestida de hombre se alistó para encontrar a su marido.

Brita Hagber, vestida de hombre se alistó para encontrar a su marido

Brita Nilsdotter nació en Finnerödja, Suecia, en 1756, cambió su apellido al contraer matrimonio con Anders Petter Hagber que era soldado de la guardia real. Poco tiempo después de su matrimonio estalló la guerra ruso-sueca que duró desde 1788 a 1790. Anders partió y Brita quedó desolada. Pasaron varios meses y Brita no tenía noticias de su marido desde la partida de éste al frente. Desesperada, se vistió de hombre y se alistó para ir al frente a buscarlo. Utilizó el segundo nombre de su esposo: Petter. Petter Hagber sirvió como marine y participó en varias batallas como la de Svensksund y la de la bahía de Vyborg.

Brita Hagber, vestida de hombre se alistó para encontrar a su marido

Brita servía como marino en el barco Styrbjön y por una anécdota que ella misma explicó más tarde, sabemos que encontró a su marido. El almirante Kurt von Stedingk llamó un día al marinero Hagber, pero como no especificó el nombre, se presentaron dos: Anders y Petter. Brita continuó en el barco ocultando su sexo hasta que en la batalla de Björkö fue herida y obligada a acudir a la enfermería que estaba bajo cubierta. Ella se negaba a bajar pero fue obligada a hacerlo. Al curarle las heridas descubrieron que era una mujer.

Brita Hagber, vestida de hombre se alistó para encontrar a su marido
Victoria Sueca de Narva, en obra de Marc Grieves

Brita fue retirada del servicio, pero fue condecorada por su valor y se le concedió una pensión militar, cosa que nunca había ocurrido antes. Al acabar la guerra se le concedió otro privilegio que nunca tenían las mujeres casadas, se la autorizó a comerciar con alimentos y tenía un puesto fijo asignado en una plaza de Estocolmo. En tiempos de paz, el matrimonio Hagber tuvo descendencia de la que dos hijos, un chico y una chica, llegaron a la edad adulta. Otra curiosidad de la vida de Brita, es que al morir fue enterrada con honores militares.

Brita no fue la única mujer que se vistió de hombre y se alistó en el ejército de su país, pero si es una de las pocas que fue condecorada por su valor, recibió una pensión militar y tuvo un entierro como si hubiera sido un soldado.

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