En los últimos años estamos viviendo una serie de eventos poco vistos hasta el momento. Es imposible cerrar los ojos ante todos esos fenómenos que están aconteciendo en varios países: tormentas terribles, olas de frío, inundaciones, tsunamis, incendios…
¿Se trata entonces del cambio climático? ¿Es esto un inicio quizá? Los expertos no se ponen de acuerdo, hay quién ve en la etiqueta de «cambio climático» una nueva forma de inversión con la que sacar dinero y cambiar el modo productivo de las grandes industrias, mientras que otros, ven sencillamente cómo los glaciares se van retirando, cómo se eleva la temperatura en el Ártico, y cómo cada año, aumentan los ciclones, los huracanes, los tsunamis… Las pruebas parecen más que evidentes.
Frío extremo debido al calentamiento
Lo ocurrido en EEUU en los meses de diciembre y enero de 2014, está llamando la atención de todo el mundo. Los expertos advierten que no se habían visto estas temperaturas en ningún momento. En 1996 se recogieron temperaturas de 13 grados bajo cero en Wahsington, pero estos días, el termómetro ha llegado a los 18 bajo cero en Pensilvania, Nueva York, Nueva Jersey, Atlanta, Alabama… La vida de muchos americanos se ha visto de pronto, cubierta por un densísimo manto blanco que les ha impedido poder llevar sus vidas con normalidad. Atrapados por el miedo y la incomprensión.
El país ya se ha familiarizado con el término meteorológico «Vórtice Polar», un ciclón que llega directamente desde el Polo hasta congelar las Montañas Rocosas y el este del estado. En un vídeo publicado por la propia Casa Blanca, aparece John Holdres, el asesor de Ciencia y Tecnología del presidente Barack Obama. En la entrevista, nos explica que todos estos efectos están relacionados con el calentamiento global, y en consecuencia, con el cambio climático. No hay dudas.
Es más, advierte también que en los próximos años, las cosas se van a recrudecer, produciéndose más episodios de frío extremo en las latitudes habitualmente medias.
Cambios en las condiciones atmosféricas
Ciclones, huracanes, inundaciones… todos hemos podido ver en los medios de comunicación multitud de desastres naturales acontecidos en los últimos años. Son“acontecimientos atmosféricos extremos” que no se deben a la casualidad, oscilaciones que tienen su origen en el calentamiento del planeta, y que según muchos científicos, esta llegando antes de lo esperado.
La elevación de las temperaturas se traduce en una mayor evaporación, en una atmósfera más cálida que retiene mayor la humedad y que deriva siempre, en más agua en suspensión, y en consecuencia, en precipitaciones más violentas. Recientemente lo estamos viendo en el cantábrico español. Las tormentas y la violencia del océano está devorando muchas de las costas, derivando faros, puertos y entrando incluso a las propias ciudades. ¿Nos está llegando quizá demasiado pronto el cambio climático?
Lo desconocemos. Pero las pruebas están ahí: disminución del 10% de la nieve en las latitudes medias y altas del hemisferio norte, retroceso de los glaciares, disminución del 60% de las cuencas hidrográficas africanas del Níger, el lago Chad y el Senegal, las inundaciones anuales en la Europa Oriental, los monzones, los Tsunamis…
Sea como sea, el cambio climático nos afecta a todos. Su impacto en todas las áreas de nuestra vida es más que demostrable: migraciones de personas y animales, falta de agua potable, cambios en las producción de alimentos, inundaciones, revoluciones sociales y económicas… Conseguir un mundo sostenible no solo depende de las grandes industrias y de los grandes países emisores. Nosotros, desde nuestra cotidianidad, también podemos hacer pequeñas cosas para que este bonito planeta siga en buen estado para cuidar de nosotros. ¿Qué tal si empezamos hoy mismo?