Las abejas al igual que muchos otros insectos polinizadores tienen un rol muy importante en los ecosistemas. Son utilizadas para lograr varios productos de uso humano, como por ejemplo: propóleos, cera, miel, polen y hasta veneno. ¿Pero sabemos como funciona una colmena? Supercurioso te lo explica de la mejor manera.

Las abejas reinas, obreras y zánganos

En una colmena habitan o viven abejas reinas, obreras y también zánganos.

Las abejas reinas poseen una dimensión mayor al del resto, dado que se alimentan del producto conocido como jalea real, que es una sustancia muy rica en proteínas y también porque viven en celdas mucho más amplias que las características hexagonales de las abejas obreras.

Cuando en la colmena se torna necesario una reina nueva se construyen estas celdas especiales dentro del panal, donde una reina ubicará sus huevos. Aproximadamente dieciséis días más tarde salen las nuevas abejas reinas, cinco días antes que las obreras, cuyos huevos fueron puestos al mismo tiempo.

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Una abeja obrera es una hembra estéril, pero dotada para poder recoger el néctar de las distintas flores, elaborar la miel y mantener la colmena. En cambio, los zánganos, nacen de huevos que no son fertilizados hasta al cabo de veinticuatro días y no cumplen ninguna función. Solamente buscan aparearse con la nueva reina.

Características de las abejas

El color de las abejas puede variar atento a su especie, pero las más comunes son las abejas negras con franjas amarillas. Cuentan con dos pares de alas pero en algunas especies son tan diminutas que no les permiten volar. Poseen también un aguijón denominado ovipositor y es importante para la reproducción. Junto a él existe una pequeña bolsa que lleva el veneno, pero solamente las abejas hembras son capaces de picar.

Elaboración de la miel

La miel se obtiene a partir del néctar, el cual es succionado por las abejas con la ayuda de su extensa lengua. Éstas lo almacenan en sus propios estómagos y regresan a la colmena, donde se lo traspasan a las otras abejas obreras. Después, las abejas mezclan el néctar con diversos jugos gástricos segregados por sus bocas y lo depositan en celdas abiertas del panal. En el transcurso de aproximadamente tres días, este compuesto se transforma en miel.