En el mundo existen muchos manjares de todo tipo, pero entre ellos hay uno que destaca por su exquisitez y porque se ha vuelto un ingrediente imprescindible en muchos platos. Estamos hablando del Tuber Melanosporum o trufa negra. Su extraordinario sabor hace que sea un elemento sin igual y único en la gastronomía. Las trufas en sí son un tipo de hongo comestible que crece bajo tierra (a unos 10 y 50 centímetros de profundidad).
Existen muchos tipos de trufas, pero entre ellos destaca la trufa negra, debido a que su potente sabor le da un toque ideal a una variedad de comidas, por lo general alimentos neutros, para que así destaque el sabor de la trufa. Entre las comidas más usadas con la trufa están: patata, arroz, pasta y huevo y con acompañamientos de aceites o mantequilla. Esto último se debe a que estos ingredientes recogen todo el aroma de la trufa, algo que se debe aprovechar debido a su alto costo.
A pesar de que la trufa negra aparece cada vez más en los menús, son muchos los que la desconocen. Si estás pensando en comprar trufa negra, no dejes de leer. A continuación, te contaremos todo lo que debes saber para conocer si la trufa negra es fresca o de temporada. Así tendrás siempre la mejor opción.
Sobre las trufas
Para comenzar y como lo mencionamos, debes saber que existen muchos tipos de trufas. De hecho, se calcula que existen unas 200 especies. En Europa pueden conseguirse unas 30 especies de las cuales solo 10 son usadas en la gastronomía. Curiosamente, España es el primer productor mundial de esta variedad que se cultiva bajo las encinas de zonas frías. La temporada comienza en noviembre y termina en marzo.
A simple vista, todas ellas son muy parecidas, por lo que toca fiarse de otros sentidos para poder distinguirlas. En primer lugar, podemos diferenciarlas usando el olfato. Su intensidad aromática es su máxima diferencia. También es debido a su olor que se pueden conseguir las trufas, pues estas son frutos hipogeos, lo que significa que están bajo tierra y no se ven a simple vista. Por esto mismo, se utilizan perros entrenados para que puedan detectar las zonas en las que se encuentran enterradas las trufas.
Otro dato que quizá te sorprenda sobre las trufas es su precio. En el mercado estas pueden llegar a tener un precio de 800 euros por kilo. Ahora bien, te estarás preguntando por qué las trufas son tan caras, pues es debido a su escasez y a la dificultad de recolección. Adicional a esto, sucede que de la cantidad de trufas recogidas, no todas están aptas para el consumo, por lo que gran parte debe ser desechada. Quizá esta sea la razón primordial por la que debes saber con certeza si se trata de una trufa fresca. Veamos que características debe tener.
¿Cómo identificar una trufa de calidad?
1. Aroma
Como te lo mencionamos las trufas tienen diferentes aromas, por lo que su olor también te indicará su tipo. En este punto lo importante es que su aroma (sea el que sea) sea fuerte. En otras palabras, cuanto más aromáticas sean mejor, ya que querrá decir que se han cogido de una tierra húmeda. Recuerda que este olor (tierra húmeda) es muy característico de las trufas negras. Este puede tener unos toques de gas, pero jamás olerá a amoniacos, ajo, vinagre o cualquier olor similar. Si sientes este tipo de aroma no es un buen indicador. De hecho, esto quiere decir que las trufas han sido recolectadas hace un tiempo o se han conservado en malas condiciones.
2. Consistencia
Un primer aspecto para tener en cuenta es la consistencia de la trufa. Si esta es dura y tersa es un claro indicador de que es una trufa fresca. Si sientes que la trufa es blanda, lo mejor es que la dejes de lado. En este punto vale la pena aclarar que el tamaño de una trufa no influye en su calidad, como muchos suelen pensar. Del mismo modo, ten muy presente que el color, la rugosidad de la corteza y la morfología de la trufa es muy variable. Así, estos tampoco son buenos indicadores sobre la calidad de la trufa.
3. La beta de la trufa
Otro aspecto para conocer la calidad de una trufa es la beta. La piel exterior de la trufa es negra, mientras que su parte interna va del marrón oscuro al negro. Además, las trufas cuentan con unas estructuras a forma de venas que son una líneas irregulares y blancas. A medida que la trufa madura las líneas claras se van oscureciendo. Si las betas están muy oscurecidas es que la trufa está sobremadurada. Entonces, una buena trufa debe tener una beta marcada y muy clara. Se tiene que notar la diferencia entre negro y el blanco de la beta.
Con esto concluimos el artículo. Como verás, saber si estás comprando trufas frescas o de temporada es verdaderamente sencillo y no necesitas ser un experto. Recuerda que lo mejor es adquirirlas con un proveedor de confianza que se dedique exclusivamente a la recolección de trufas. Esperamos te animes a comprar trufas negras, pues será un ingrediente que no podrás dejar de usar en tus platillos.