Hay un mito extendido que plantea que es tan increíblemente sencillo confundir la sed con hambre, que no son pocas las veces que terminamos comiendo de más cuando podríamos haber bebido un vaso de agua y estar perfectamente satisfechos. ¿Es eso realmente cierto? ¿Se puede confundir la sensación de sed con estar hambriento? Según la ciencia, la respuesta es no. ¡Te contamos!
¿Puedes confundir la sensación de sed con hambre?
Tomar agua regularmente es fundamental para mantener una buena salud y ayuda al cuerpo a sentirse en su mejor estado. Por otro lado, los síntomas de deshidratación incluyen estreñimiento, sed, piel seca, sensación de lentitud, mareos, sequedad en los ojos y disminución del gasto urinario. Por ello, se recomienda beber ocho 8 vasos de agua al día ayudarán a prevenir la deshidratación.
En 2008, se publicó un estudio en el Journal of the American Dietetic Association, en este los investigadores de la Universidad de Purdue siguieron la vida de 128 personas que registraron sus sensaciones de hambre y sed y todo lo que comían y bebían durante una semana completa. En sus resultados, no encontraron evidencia de que la sensación de sed llevara a las personas a comer. Por lo que concluyeron que solo los sentimientos de hambre estaban asociados con la comida.
Aun así, tuvieron un hallazgo interesante para este tema, y que nos habla de que es más común de lo que creíamos que las personas no presten atención a las señales que envían sus cuerpos: el 62 por ciento de las veces las personas se involucraron en lo que los investigadores llamaron «conductas alimenticias inapropiadas», y esas conductas incluyen cosas como beber sin tener sed, comer sin tener hambre o no comer ni beber a pesar de tener hambre o sed. En otras palabras, más de la mitad del tiempo, las personas tomaron decisiones dietéticas que no tenían nada que ver con las señales que sus cuerpos estaban enviando, lo que obviamente es un gran problema.
Siguiendo esta línea de investigación, los expertos concluyeron que debido a que la comida está tan ampliamente disponible y las comidas sociales son tan comunes, que en nuestro subconsciente hemos abandonado la idea de comer y beber para aliviar el hambre y la sed. Además, nuestras fuentes de energía han sido completamente viciadas con la llegada de múltiples productos que tienen el mismo contenido calórico que un sándwich y que dan la sensación de llenura, aún cuando no son lo mejor para nuestros organismos.
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