Esta vez en Supercurioso te traemos una auténtica anécdota de nuestra historia: la coronación de Napoleón. En anteriores ocasiones ya hemos indagado en Quién fue Napoleón Bonaparte, y hoy queremos centrarnos en un episodio más concreto que, desde luego, marcó su existencia (y, en cierta forma, también la del mundo). Es probable que te suene haberla visto representada en alguna pintura, pero, ¿hasta qué punto el recuerdo es fiel a lo que realmente ocurrió en la coronación de Napoleón? Si quieres conocer la respuesta, sólo tienes que seguir leyendo.
La Coronación de Napoleón, ¿un fiel retrato de la realidad?
En el año 1802, Napoleón Bonaparte tutelaba en el centro de Europa una reordenación constitucional en su beneficio, y por lograr sus objetivos hizo que se aprobara la Constitución del año X, en la que se le permitía elegir a un sucesor, hecho que era prácticamente una restauración monárquica. Sin embargo, muchos desconfiaban de él por sus planes expansionistas. Pero a pesar de los múltiples intentos, de naciones como Inglaterra, por destruir e impedir sus pretensiones, Napoleón siempre logró salirse con la suya, y aprovechaba cada uno de esos planes para lograr cosas como: la adhesión de antiguos revolucionarios, el establecimiento de una monarquía hereditaria y proclamarse emperador.
De esta forma el 2 diciembre de 1804 Napoleón Bonaparte es coronado como emperador en presencia del Papa Pío VII, en una escenificación épica, imperial y grandiosa. La gran ceremonia tuvo lugar en la hermosa y emblemática Catedral de Notre Dame en París. ¿Cual era la intención de la coronación? Pues lograr como emperador de los franceses, centralizar todo el poder en su persona y establecer un nuevo orden social con la idea de la defensa del orden y la propiedad. Sin embargo, la soberbia de Napoleón no pasó desapercibida por sus enemigos, siendo los ingleses sus principales enemigos. Además, Napoleón quería que su nueva figura quedara tan bien representada y tuviera tal reconocimiento, que hizo todo lo posible para que la ceremonia tuviera todos los elementos de una coronación.
Momento de la coronación de Napoleón
Llega el día de la coronación y está todo listo para lo ocasión, al acto acuden Napoleón junto a su esposa Josefina. Ambos se dirigen a la Catedral de Notre Dame, las calles están engalanadas para la ocasión y un gran cortejo los acompaña. Cuando llega el momento del acto, no es el Papa el encargado de coronar a Napoleón, ya que sólo ha acudido como espectador. Por el contrario, es el propio Napoleón quien toma la corona y se la pone a sí mismo, autoproclamandose como emperador de Francia. Pero luego, le pone la corona en la cabeza a su esposa, quien se ha arrodillado ante él. Una vez realizado el acto comienza formalmente el Primer Imperio Francés, también llamado Imperio Napoleónico, el cual duraría hasta el año 1815.
Para saciar su propia vanidad, Napoleón mandó a plasmar el momento de la coronación en un cuadro que le encargó a Jacques – Louis David. Con la intención de detallar el momento relatado, además de hacer aparecer a él situaciones y personas que Napoleón quería, como por ejemplo, la madre de Napoleón quién no acudió al acto, pero aparece como si hubiese ido. Dicho cuadro recibe el nombre de “La coronación de Napoleón” o “Consagración de Napoleón” y en la actualidad se encuentra en el Museo del Lovre de París.
El cuadro de la Coronación de Napoleón
El encargado de realizar el cuadro fue el pintor francés Jacques – Louis David, ícono del estilo neoclásico. Este pintor nació en París, Francia, y desde temprana edad mostró interés en el arte, a pesar de que el deseo de su familia no era en lo absoluto que se dedicara al arte, sino que estudiara Arquitectura. En contra de estos intereses y planes, Jacques entró al taller de François Boucher, un pintor del estilo galante, el cual lo puso bajo la tutela de otro artista, y así logra asistir a la Real Academia de Pintura y Escultura. Este hombre se consagró como el pintor del emperador, puesto que obtuvo gracias a que realizó varias pinturas y obras sobre el imperio napoleónico, por ejemplo: El cuadro de Napoleón cruzando los Álpes (1801) y el cuadro Retrato de Napoleón (1812).
Una curiosidad del cuadro sobre la coronación de Napoleón es que en la pintura aparecen cerca de 190 personas, muchos de los cuales acudieron post ceremonia al taller del artista para posar individualmente para la pintura. Otra curiosidad sobre el cuadro es que el primer boceto de la misma retrata la autoproclamación del emperador. El propio Napoleón visitaba constantemente el taller del pintor para supervisar el progreso y que quedara tal como él lo quería. En la actualidad la pintura ha sido exhibida en varias ciudades como Londres, Nueva York, Filadelfia, Boston y París, antes de que pudiera llegar a su hogar definitivo en 1947, en el Palacio de Versailles, Francia.
Así culminamos este paseo histórico-anecdótico por la coronación de Napoleón, la cual fue sin dudas única y la representación de su excentricismo e intención por lograr el poder. Cuéntanos qué te ha parecido este artículo y si conoces otro dato sobre este increíble hecho de la historia.