Las coronas dentales son prótesis que se colocan de manera fija y se cementan sobre los dientes e implantes existentes. El objetivo es que queden permanentes y solo puedan ser extraíbles por dentistas y odontólogos.
La función de las coronas es cubrir, por completo, piezas dentales destruidas. Se utilizan para mejorar el aspecto estético de la dentadura, pero también para modificar la estructura funcional de las piezas dentales, la forma y la alineación.
Existen muchos materiales de elaboración de estas prótesis y es posible hacer coincidir las coronas con la tonalidad de los dientes naturales. Los materiales más comunes son el oro y las aleaciones metálicas, acrílicas y cerámicas, y el zirconio, que es el que más nos interesa.
Ventajas de usar coronas dentales de Zirconio
1. ¿Qué utilidad tienen las coronas de zirconio?
El uso de zirconio en odontología es relativamente reciente. De hecho, muchas clínicas dentales aún no lo han incorporado. Se trata de un material de color blanco que ofrece un resultado mucho más natural que está ausente de estructuras metálicas en su interior, lo que permite el paso de la luz.
Muchos odontólogos recomiendan el uso de fundas dentales de zirconio para los dientes más visibles, que son las más expuestas a la luz. Además, son coronas más pequeñas, menos voluminosas, por lo que aportan más belleza y naturalidad a la sonrisa.
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2. ¿Por qué están ganando terreno las coronas dentales de zirconio?
El uso de este material no añade ninguna ventaja diferencial en cuanto a la funcionalidad de las coronas, pero sí mejora el aspecto estético. Lo habitual es acudir a prótesis cuya composición sea 100% de este material, lo que garantiza que el color de la misma sea similar al de los dientes contiguos.
Con las coronas de zirconio se puede elegir el tono de color que más se asemeje al tono natural de los dientes contiguos. El desgaste de este material es mínimo, aunque pase el tiempo, y cuando este se produce, lo que sí permanece impoluto es el tono de la corona, pues no lleva ningún tipo de componente metálico.
A su vez, el uso de material blanco exclusivo para la funda dental, los pacientes con encías retraídas no notan esa visión antiestética que sí producen otros materiales con piezas metálicas. Finalmente, el zirconio es biocompatible con el organismo y no genera rechazo en forma de alergias.
Todo esto lleva a ventajas que van más allá del apartado estético. Al final, las coronas de zirconio son las que más se acercan al comportamiento de un diente natural. Con ellas se puede masticar con total normalidad debido a su resistencia. La persona que las usa no tiene que renunciar a su sonrisa ni sentir temor a que se pueda romper.
Tipos de coronas dentales: de cerámica, metálicas y de resinas, acetato y policarbonato
Las coronas dentales de zirconio son muy demandadas por muchos clientes, pero la elección del material va a depender de la finalidad con la que se implanten. Las de cerámica (100% porcelana) siguen siendo las más habituales por su semejanza con el diente natural y por su precio económico. Son estables en el mantenimiento de su tonalidad y biocompatibles. En los últimos años ha aumentado su durabilidad y pueden fabricarse en la misma clínica dental.
Las de tipo metálico se fabrican a partir de platino, oro o níquel. Su ventaja más reseñable es su resistencia al desgaste y su durabilidad, pero no son tan estéticas. Una práctica muy frecuente es utilizar este tipo en los dientes posteriores y decantarse por las de cerámica o las de zirconio para los dientes más visibles. Por otra parte, con las coronas metálicas hay que tener bajo vigilancia la cuestión de las posibles alergias a los materiales de fabricación.
Una tercera opción son las coronas combinadas, que están fabricadas a partir de metal y porcelana. Esta elección ofrece la resistencia y durabilidad del metal y la estética natural de la porcelana, que va recubriendo el metal. El inconveniente es que, con el paso del tiempo, si las encías se retraen, el metal queda a la vista.
La última alternativa son las fundas provisionales, que están elaboradas a partir de resinas, acetato y policarbonato. No se utilizan para fundas dentales definitivas, pero sí ayudan a tratar caries leves. Se decoloran con facilidad. No son una solución permanente.
En la elección de coronas dentales el zirconio gana terreno, pues es un material muy resistente, no genera alergias en el paciente y el aspecto estético es incluso mejor que el de las fundas de porcelana. La cuestión presupuestaria es el otro factor limitante, pero la dinámica del mercado es que cada vez son más económicos este tipo de tratamientos.