Hay sonidos que nos son «instintivamente» desagradables. Nadie disfruta por ejemplo escuchando unas uñas afiladas arañando una pizarra, ni aún menos el chirriar de un tenedor sobre un plato. De pronto, algo se enciende en nuestro interior, nos hace tensar los músculos y sentimos una especie de hormigueo en los dientes, de ahí por ejemplo la palabra «dentera».
Pero ¿qué explicación hay detrás de estas reacciones tan comunes? Más aún ¿cuál se supone que es el sonido más desagradable del mundo?
¿Por qué sentimos «dentera»?
La dentera es una reacción biológica e instintiva del ser humano, pero como tal, aún no existen conclusiones claras sobre su origen. Sukhbinder Kumar, del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Newcastle, por ejemplo, nos dice que esta reacción tendría su origen en la amígdala, una pequeña estructura de nuestro cerebro relacionada con las emociones y también con el miedo. Sería, tal vez, un modo de ponernos en alerta, una reacción heredada de nuestros ancestros cuando debíamos ponernos en guardia ante determinados estímulos auditivos, que podían asociarse a un peligro o que, simplemente, nos obligan a reaccionar.
El llanto de un niño, por ejemplo, es en ocasiones muy desagradable a nuestros oídos, pero sin embargo, nos obliga a atenderlo y a calmarlo. Pero en general, los sonidos muy agudos siempre son molestos y esta estridencia se asocia muy habitualmente al peligro. Podemos verlo en el reino animal, cuando un macaco quiere advertir a su grupo de que hay un depredador cerca, emite siempre un grito muy agudo. Se piensa, pues, que nuestros antepasados también emitirían este tipo de señales tan agudas como alarma.
Como curiosidad cabe señalar algunos dispositivos de seguridad desarrollados para ahuyentar a las personas de determinadas zonas. Se trata de unos mecanismos que utilizan ultrasonidos muy molestos y parecidos por ejemplo a ese zumbido que hacen los mosquitos cuando pasan al lado de nuestro oído. Imposible no huir.
Los sonidos más desagradables del mundo
En una ocasión te hablamos del curioso sonido de Taos. Un zumbido apenas perceptible que solo algunas personas son capaces de escuchar. En lo respectivo a sonidos desagradables, poner en primer lugar uno que sobresalga del resto es complicado porque suele asociarse a la personalidad de cada uno. Hay quien tiene más «sensibilidad» y por tanto sufre más ante determinados estímulos. Hay quien escucha el chirriar de un columpio oxidado y no puede con ello, otros, ni siquiera se dan cuenta.
El Dr. Sukhbinder Kumar, del que antes te hemos hablado, llevó a cabo también un estudio en la Universidad de Newcastle para averiguar cuál era el sonido más desagradable entre la población, ese ante el cuál todos reaccionaban negativamente, con una respuesta de huida. Hubieron muchas diferencias, teniendo que establecer una lista de sonidos desagradables, donde el primero que te señalamos fue – con escasa diferencia del resto- el más molesto.
1-El sonido de un cuchillo o un tenedor al frotarse contra el plato.
Es posiblemente el más desagradable, es ese sonido que en ocasiones producimos cuando cortamos mal algo sobre el plato y entonces, el cubierto emite ese chirrido agudo y ensordecedor tras el cual, todos los de la mesa te miran con expresión de odio.
2- El sonido de las cuerdas de un violín cuando se toca mal.
Todo un clásico.
3-Un micrófono cuando se acopla.
Seguro que lo has experimentado en algún concierto o en alguna conferencia.
4-. Unas uñas o una tiza pasando con fuerza por una pizarra.
La dentera y el pánico en el aula está más que garantizada.
5-Las arcadas de una persona mientras vomita.
6-El llanto de un bebé.
Nos pone nerviosos y nos molesta, pero a su vez actúa como un instinto que nos obliga a atender y a cuidar de los más pequeños.
8-Las ruedas de un tren frenando sobre los raíles.
9-El chirriar de las cadenas oxidadas de un columpio.
10-El sonido de las herramientas mecánicas, como es el caso de una taladradora.
Y ahora dinos, ¿cuál es el sonido más desagradable para ti?