La alimentación es una parte crucial en nuestras vidas y, de hecho, comemos entre 3 y 5 veces al día, depende de la persona. Por eso, es importante saber qué nos llevamos a la boca y qué beneficios nos aporta lo que comemos. Algunos estudios señalan que la comida envasada puede ser más perjudicial de lo que pensamos. ¿Por qué? ¡Te lo contamos!
Al parecer, los conservantes artificiales podrían aumentar significativamente el riesgo de enfermedades intestinales y trastornos metabólicos.
Un arma de doble filo
Estos productos que todos conocemos como emulsionantes son usados normalmente para mejorar la textura y aumentar la vida de los alimentos. Sin embargo, hacen mucho más que esto. Según los resultados de los estudios que se publicaron en la revista Nature, alteran la composición de las bacterias que se encuentran en el colon pudiendo provocar enfermedades a largo plazo.
Estos resultados se obtuvieron de un estudio que se llevó a cabo con ratones, a los cuales se les administraron emulsionantes artificiales en dosis equivalentes a las que consume un humano comprobando que finalmente la microbiota intestinal se alteraba convirtiéndose en bacterias pro-inflamación.
Colitis o síndrome metabólico podrían ser algunas de sus consecuencias
Esto daba lugar a un proceso que hacía que, los ratones que tenían propensión a sufrir colitis, finalmente desarrollaran la enfermedad de forma crónica y los que no estaban predispuestos presentaban inflamación intestinal leve y síndrome metabólico, afecciones que provocan el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la resistencia a la insulina, obesidad e hiperglucemia.
En resumen: Aunque aún falta realizar estudios con humanos para comprobar si nos afectarían de la misma manera, los conservantes de la comida envasada parece que pueden llegar a ser peligrosos para la salud por lo que la recomendación más acertada es la de tomarlos con precaución hasta nuevos estudios que confirmen o desmientan estas posibles amenazas para la salud.