En todas las culturas la unión entre dos personas representa un momento de gran importancia en el desarrollo vital. Entendidas como ritos regulados por una autoridad externa, en la actualidad destaca sobre todo el rol lúdico de dichas ceremonias. De hecho, se conciben como un evento de celebración y felicidad en el que todo debe salir lo más perfecto posible. Y aunque estas puedan ser distintas entre ellas según su cultura o los gustos de los novios, no se puede negar que todas ellas responden al cumplimiento de ciertas tradiciones que han perdurado a lo largo del tiempo.
Es por esta razón que en Supercurioso hemos querido recopilar para ti el origen de 6 tradiciones nupciales que seguro te resultarán sorprendentes por la distorsión o evolución que han ido adquiriendo durante la historia. Un ejercicio muy interesante que refleja a la perfección las mentalidades de cada época. ¡No te las pierdas!
El curioso origen de 6 tradiciones nupciales
1. Las damas de honor: del «paje» a la «flower girl»
Tal como mencionan en www.hogarus.com, existía la tradición de incluir la presencia de una niña como dama de honor en las ceremonias nupciales anteriores al periodo medieval, aunque se consolidaría con su extensión por Europa y América al final de la Edad Media y durante el Renacimiento.
En el siglo XIX, dicha niña pasaría a llamarse «paje», como el niño encargado de llevar las alianzas al altar; en otras religiones surgidas del cristianismo la dama de honor era una mujer que acompañaba a la novia y entraba con ella a la iglesia y «flower girl» era la niña que abría el séquito lanzando pétalos de flores a su paso.
2. El ramo de flores: olores para combatir a los espíritus
Aunque en distintas formas, tamaños y colores, el ramo de flores se ha afirmado como un elemento indispensable en cualquier boda. No obstante, el origen de esta tradición no es en absoluto romántico. Las novias egipcias acostumbraban a cargar con un manojo de hierbas aromáticas de olores muy fuertes para espantar a los malos espíritus.
Por otro lado, la convención de lanzar el ramo proviene de Francia, así como la superstición de que la persona que lograra atrapar el ramo en el aire sería la siguiente en pasar por el altar. Además, esto contribuía a convertir a aquellas mujeres solteras más visibles para los hombres sin compromiso.
3. La liga y el azul: misterio, virginidad y fidelidad
Se dice que la tradición de llevar una liga tiene su origen en la corte francesa del siglo XIV, en la que se creía que la obtención de un trozo del vestido durante la boda procuraría éxito y fortuna a quienes lo consiguieran. Como resultado de ello, las novias terminaban con el traje completamente destrozado.
Para remediarlo, la liga adquirió protagonismo y fue señalada como la prenda más ansiada por su simbología: representa la virginidad y el misterio, dos cualidades asociadas a la novia. A ella se le suele sumar el color azul, relacionado con la fidelidad, el amor y la pureza desde el antiguo Israel.
4. Algo antiguo, algo nuevo y algo prestado
La costumbre de llevar algo antiguo responde a la sensación de continuidad con lo anterior. Es decir, con aquellos familiares y amigos con quienes no se romperá la relación al iniciar la nueva vida en común. Puede tratarse de una joya familiar o de cualquier otro objeto que se transmita de generación en generación.
Por otro lado, lo nuevo simboliza precisamente el proyecto conjunto que está por comenzar con la unión nupcial. Por este motivo, llevar algo nuevo se cree que aportará prosperidad y felicidad al matrimonio. Lo más común es que esta responsabilidad recaiga sobre el vestido de la novia.
La tradición de llevar algo prestado tiene su origen en una antigua superstición que afirma que si se lleva puesto algún elemento que pertenezca a una persona que haya sido feliz en pareja, atraerá felicidad a su matrimonio. Actualmente, se ha convertido más bien en un gesto de amistad por parte de la persona que lo presta.
5. El velo para evitar el rechazo del novio
Cabe tener en cuenta que en la Antigüedad, cuando los matrimonios eran fruto de pactos familiares que respondían a razones estratégicas y económicas, los novios no se conocían hasta el momento de la ceremonia. Así pues, el velo cumplía con la función de ocultar a la novia para evitar que el novio la rechazara al verle la cara.
Por lo que respecta al color, tanto griegos como romanos empleaban colores llamativos relacionados con las familias con la misión de proteger a la novia de un posible mal de ojo procedente de otras mujeres celosas. El blanco se impuso en el siglo XIX, cumpliendo con la función cristiano-simbólica de indicar pureza y virginidad.
6. Lanzar el arroz
Según algunos historiadores, lanzar arroz a los novios es una tradición que existió durante el Imperio romano, donde las novias portaban una corona de espigas de trigo repletas de granos que simbolizaban la fertilidad. De esta manera, el novio debía encargarse de romperlo sobre la cabeza de su mujer, como indicativo de abundancia.
Además, los recién marido y mujer entregaban las migas resultantes a los invitados, junto con frutos secos bañados en miel que eran arrojados a la pareja tras el enlace para desearles fuertes. Hoy en día, ya no sólo se tira arroz, sino que también se estila lanzar pétalos de rosas rojas.
Esperamos que te haya resultado interesante este artículo, seguro que a partir de ahora verás las cosas con mayor perspectiva cuando asistas a una boda. 🙂 Te animamos a que nos dejes un comentario y nos cuentes. ¿Conocías el origen de estas tradiciones? ¿Eres asiduo a las bodas? ¿Crees que son costumbres que deberían permanecer en el tiempo? Danos tu opinión y te leeremos encantados.