Seguramente si nos concentramos, podemos enumerar más de una manera de cómo el ser humano está destrozando el planeta. Pero, por desgracia, no solo se trata de un destrozo del planeta, el paso del hombre por este planeta va más allá y parece ser que podría incluso cambiar el curso de la evolución, ¡cómo lo lees!
La huella de nuestro paso por el planeta Tierra podría ser mucho más profunda de lo que habíamos calculado en un inicio. Si bien somos conscientes de ser los responsables de un cambio climático del que ya empezamos a notar las consecuencias, quizás no tenemos tan presente hasta dónde llega nuestra influencia en la naturaleza, pues hay quienes apuntan que nuestra presencia está modificando el curso de la evolución.
¿Puede el hombre cambiar el curso de la evolución?
Sarah Otto, zoóloga canadiense, ha informado de manera detallada de qué manera el ser humano ha destrozado lo que le rodea y ha podido llegar a cambiar el curso de la evolución. Su objetivo era saber en qué medida podía eso afectar a la evolución en general. La respuesta no es muy optimista y podría hacernos ver como de difíciles pueden ser las cosas.
«La velocidad con la que el entorno biótico y abiótico de las especies ha cambiado ya ha alterado la trayectoria evolutiva de las especies, una tendencia que promete escalar», dice Otto en su reciente artículo .
Que los ecosistemas cambien de rumbo no es nada nuevo. Alrededor del 90% de las especies que han poblado, en algún momento de la historia, este planeta, se han extinguido. Así que podemos determinar que la extinción es una característica inevitable de la biosfera.
Hace unos 100 años, la especie humana contaba, aproximadamente con 1,8 billones de individuos. Hoy en día somos cerca de 7,8 billones, con un crecimiento de un 1 por ciento al año más o menos. Eso significa muchas más bocas para alimentar, ahí tienes un claro ejemplo de cambio en el curso de la evolución.
Eso significa también más personas interfiriendo sobre el medio ambiente, lo que ha llevado a un crecimiento exponencial en la devastación, aumentando la tasa de extinción global y acabando con un gran número de especies animales.
Nuestra devastación en números es algo escandalosa; hemos eliminado el 8 por ciento de carbono de los 2 metros superiores de la capa superior de la Tierra. Hemos elevado la temperatura de la atmósfera en 1 grado y hemos reducido el Ph de los océanos aproximadamente 0.1 unidades.
Estos datos no son solo números como no existen precedentes, en realidad no sabemos de que manera podrá afectarnos a corto plazo en cuanto al curso de la evolución.
«Más allá de los números, la diversidad biológica del mundo está cambiando, a través del cambio evolutivo, tanto dentro como entre los niveles de las especies», dice Otto.
Podemos clasificar estas presiones que afectan este cambio en la biodiversidad de varias maneras. Otto no tiene en cuenta las presiones de selección internacional, que es cuando cruzamos nuevas variedades de manera deliberada o, incluso, con la ingeniería genética y se enfoca en aquellas a las que afectamos incidentalmente.
Un ejemplo claro es cuando modificamos físicamente un paisaje con una nueva estructura, porque entonces influenciamos en como se moverán los animales, como crecerán las plantas o incluso en como proliferaran los microbios. Así que sin darnos demasiada cuenta estamos incidiendo en si una especie sobrevive o desaparece.
«La envergadura del ala de las golondrinas ha evolucionado para ser más corta al volar cerca de las carreteras, ya que las golondrinas con alas más largas morían al volar junto a estos lugares, lo que concuerda con la selección para una mayor maniobrabilidad frente al tráfico», dice Otto.
Otra cosa que hemos modificado es el entorno de vida, trasplantando especies en otros territorios donde antes nunca hubieran llegado.
A todo esto tenemos que sumarle nuestra naturaleza predatora y de recolección; cazar animales de tamaño correcto o eliminar malezas que puedan afectar el rendimiento de nuestras cosechas. Existen también numerosos ejemplos de especies perdidas o adaptaciones de otros animales a la presencia del ser humano.
Hay muchas hipótesis, y algunos de los menos optimistas sugieren que algunos aspectos de la biodiversidad podrían tardar millones de años en volver.
Un rayo de luz en el impacto humano en el mundo
Pero no todo es negativo en el ser humano por muy destructivos que hayamos podido ser. El hombre también ha contribuido de manera razonable en aumentar la diversidad genética, bien a través de la separación de poblaciones, bien por la creación de nichos en nuevos entornos.
Todo esto lo añadimos a una cuestión de equilibrio en la biodiversidad durante un largo período de tiempo. ¿Se puede alcanzar algún tipo de equilibrio a gran escala con este nuevo panorama evolutivo? ¿O la influencia humana nos prepara para una etapa con cada vez más dificultades? ¿Vamos de cabeza hacia un claro cambio en el curso de la evolución?
Simplemente no lo sabemos. Y Otto piensa que es un problema.
«Como hemos presenciado con la evolución de la resistencia a los antibióticos, los humanos pueden imponer la selección, pero a menudo no tendremos la ventaja» , advierte.
Cada vez que se habla de medio ambiente o de cambio en el curso de la evolución, las noticias no suelen ser ni optimistas ni agradables. Lo que sí debería preocuparnos es no saber de qué manera estamos incidiendo en nuestro planeta y en las especies que lo habitan, ¿no crees? Tu opinión nos importa, ¡déjanos tus comentarios!