A veces las peores catástrofes van llegando en silencio y sin hacerse notar, como sucedió con el SIDA en los años 80, o con el ébola en África en los 90. En cambio, enfermedades que se anuncian como potenciales pandemias, como la gripe aviar, que movilizaron gobiernos y enriquecieron multinacionales farmacéuticas, terminan causando menos daño que el provocado por las gripes normales que atacan todos los años.
Tal vez no sea éste el caso de la superbacteria descubierta recientemente, y ciertamente se trate del primer aviso de un desastre sanitario internacional por venir.
¡Descubierta una SUPERBACTERIA resistente a todos los antibióticos!
En noviembre de 2015 se descubrió en China una cepa de Escherichia Coli en carne de cerdo y en seres humanos, con un gen, el MCR-1, que la hace resistente a todos los antibióticos desarrollados por el ser humano hasta ahora. Pocos meses después se reportó la presencia de esta bacteria en Europa y América Latina, y en mayo de 2016 se reportó el primer caso en los Estados Unidos, en una paciente con una infección urinaria.
En principio no parecería tan grave, la E. Coli es una bacteria sumamente común y una de las más estudiadas por el ser humano; suele estar asociada a malas condiciones de higiene, alimentos contaminados, y rara vez desemboca en la muerte (aunque no se puede descartar, por descuido o falta de atención médica). Pero podría ser el aviso de una crisis de mayores proporciones.
Cuando se presentó la cepa en Estados Unidos intentaron combatirla con el antibiótico más fuerte desarrollado en laboratorios, la colistina. Este medicamento dejó de usarse en los años 80 porque dañaba el hígado y los riñones, y siguió siendo utilizado en animales en países como China. A raíz de la aparición de bacterias cada vez más resistentes a los antibióticos actuales, los médicos han vuelto a recurrir a la colistina para uso en pacientes humanos, pero ni siquiera éste ha podido contra la superbacteria.
“Corremos el riesgo de encontrarnos en un mundo post antibióticos”, declaró Thomas Frieden, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Y para ello habría que imaginar otras enfermedades más peligrosas con el gen MCR-1: enfermedades como la gastroenteritis, que incluso hoy en día sigue matando a miles de niños y ancianos en países en desarrollo.
La resistencia creciente a los antibióticos por parte de enfermedades como la tuberculosis, la sífilis y la gonorrea, ha venido siendo denunciada desde hace más de una década, y si a esto agregamos el surgimiento de una superbacteria de Escherichia Coli tal vez haya llegado el momento de desarrollar una nueva generación de medicamentos, antes de que sea demasiado tarde.
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