Dicen, que las maravillas se esconden en los lugares más insospechados, en los espacios más discretos y desapercibidos. Esto mismo es lo que ocurre en una casa cualquiera de las afueras de Newport, en Oregón.
Su dueña, Almine Barton, compró esta sencillísima construcción de dos alturas en 1975. No le costó demasiado, pero lo que en un principio fue una inversión más bien humilde, sirvió desde entonces a modo de dimensión paralela para que esta mujer, amante de las antigüedades y del barroco, escondiera entre sus cuatro paredes todo un tesoro impensable que sus vecinos ni imaginaban.
Te invitamos a descubrir «la dimensión» paralela de esta humilde y desapercibida casa de las afueras de Oregón. ¿Nos acompañas?
¡Descubre el maravilloso secreto que esconde esta casa!
Quienes han visto cada una de las salas de esta casa y entienden de antigüedades, comentan que el valor de lo que allí se esconde iría entre los 450.000 dólares y 500.000 dólares. Todo un tesoro, no hay duda.
Según nos explica la propia Almine Barton, al comprar esa casita de dos alturas lo primero que hizo fue remodelar el techo e instalar unas buenas vigas para ofrecer un aire antiguo, barroco e imperial. El resultado fue fascinante, tanto, que lo demás no tardó demasiado en llegar. Es una inversión hilada de forma persistente y casi mágica a lo largo de 40 años donde su dueña, ya la considera como finalizada del todo…
Si la casa ya es de por sí interesante, para comprender un poco más el origen de todos esos tesoros es necesario conocer a su propietaria. ¿Quien es la señora Barton? ¿Tiene sangre real? ¿De dónde proceden todos esos tapices, muebles, pinturas, vajillas y lámparas?
Almine Barton nació en África, y según ella, tiene auténticos vínculos reales europeos. De África emigró a los Estados Unidos, para contraer matrimonio con un buen abogado. Fue entonces cuando compraron esa casita de Oregón. Ahora bien, este matrimonio no duró demasiado, y Almine, cansada de Estados Unidos, viajó entonces a Reino Unido. Pero… ¿para qué? te preguntarás. Para volver a casarse.
El segundo matrimonio fue muy especial, porque en esta ocasión unió su vida con nada más y nada menos que con un conde: el señor Richard Boyle Bentinck , el noveno conde de Shannon…
Esa etapa en la vida de la señor Almine fue tan fructífera como curiosa. Viajó por todo el mundo, pero no como acompañante de su distinguido marido, sino como espiritualista, como persona abierta y receptiva a ese camino de intuición, comunión con la naturaleza y con otras disciplinas «no-científicas». Mientras viajaba y aprendía, parte de su dinero se iba a la casa de Oregón: a forrar sus paredes de cuadros, sus suelos de ricas alfombras y sus techos de costosas lámparas.
Como curiosidad: lo más costoso de su casa-castillo, son sin duda las cortinas elaboradas con seda moaré e importadas directamente de una fábrica muy selecta y antigua de Europa: «Schumacher». La mayoría de las ventanas fueron cambiadas y remodeladas para albergar fastuosas pero hermosísimas vidrieras pintadas a mano, que cuentan con varios siglos de antigüedad.
Una de las vidrieras más hermosas está en el dormitorio principal: son dos ventanales donde aparece Pedro Apóstol, y que la propia Barton, encontró en un ático en Inglaterra. Un detalle algo común para los entendidos en antigüedades, porque durante la Segunda Guerra Mundial muchas vidrieras de las catedrales eran llevadas a pisos cualquiera para protegerlas de los bombardeos nocturnos.
De hecho, esta casita de Oregón esconde en su sótanos una vidriera de 1745 de la catedral de Lancaster. Increíble, ¿verdad? Bien, llegados a este punto estamos seguros de que estarás preguntando el por qué esta dama ha decidido hacer público todos estos secretos escondidos en el interior de su, aparentemente, «discreta» propiedad.
Ya lo puedes imaginar, Almine Burton necesita dinero y la ha puesto en venta. ¿Y cuál es el precio de salida? 399.000 dólares. Eso sí, el interesado debe comprar el «pack entero», es decir, no quiere separar ni una sola pieza de la totalidad de esa casa singular y tan especial.
Así que dinos…. ¿Te gusta o la ves quizá muy «sobrecargada»? No olvides darnos tu opinión y recordar nuestro artículo sobre el apartamento que tardaron 70 años en abrir. ¿Adivinas qué había dentro?¡No te lo pierdas!