Un grupo de investigadores de la Universidad de Washington (Estados Unidos), que intentaban seguir el rastro a los microbios y bacterias que proliferan en los cuerpos de los animales cuando mueren, se toparon con una respuesta inusual a la trascendente pregunta de si hay vida después de la vida: sí, si estamos hablando de genes que intentan revivirnos, y al menos durante los primeros cuatro días.
¡Descubren genes que intentan revivirnos al morir!
El microbiólogo Peter Noble y sus colegas, estudiando peces cebras y ratones, descubrieron que cientos –quizás miles– de genes se activan en los animales al momento de la muerte, entre ellos los que están relacionados con el desarrollo del embrión, pero también otros que están vinculados al cáncer.
Un grupo de estos genes y proteínas se disparan al momento de detenerse las funciones corporales, tratan de mantener las estructuras celulares y de disminuir el estrés hasta cuatro días después de la muerte. Son un grupo de genes que intentan revivirnos, aunque su actividad puede tener implicaciones opuestas en el caso de trasplantes.
Estos genes “zombi”, como han sido llamados por algunos periodistas, podrían servir para determinar con mayor precisión la hora de la muerte de una persona, y ya hay científicos forenses, como David Carter, de la Universidad Chaminade de Honolulú, que creen que dicha técnica podría revolucionar este campo de la medicina forense.
Este estudio también podría explicar por qué algunos trasplantes, cuando los órganos se toman de personas fallecidas, pueden producir tumores cancerígenos. Una mayor comprensión de estos genes podría contribuir a una mejor selección y manipulación de los órganos destinados a trasplantes.
El caso de los genes que participan en el desarrollo del embrión (se desactivan al momento del nacimiento y vuelven a activarse en el momento de la muerte), también es sumamente interesante. Algo hace que el cuerpo confunda la muerte con un segundo nacimiento. Aunque su activación, al menos en el caso de los peces cebras y de los roedores, no hizo nada por revertir la muerte. Este grupo de genes se mantiene vivo, pero el cuerpo definitivamente muere.
Sin embargo, el descubrimiento de estas redes de genes y el modo cómo se activan cuando los otros sistemas se apagan definitivamente, puede ayudarnos a entender mejor el funcionamiento de los sistemas que protegen los órganos e intentan mantenernos vivos.
Para Noble, la frase que podría definir este estudio es: “probablemente, podemos obtener una gran información acerca de la vida mediante el estudio de la muerte”.
Interesante, sin duda. Una muestra más de lo sorprendente que es nuestro cuerpo, y para que te sorprendas más lee lo que hace después de la muerte.