Las pesadillas suelen ser el motivo más frecuente de interrupción del sueño, pero algunas veces nos despertamos por la noche sin que exista un motivo evidente para hacerlo. ¿Te despiertas por la noche? ¡Puede ser por esto!
¿Te despiertas por la noche? ¡Puede ser por esto!
Existen varios estudios que se han interesado por esta cuestión, pues una noche sin un buen descanso desemboca en una jornada menos productiva en todos los sentidos ya que la persona se hallará muy cansada. Se han encontrado varios motivos, más allá de las pesadillas, que pueden contribuir a que nos despertemos por la noche rompiendo la continuidad del sueño.
Alergias cutáneas
Si tu piel presenta algún tipo de eccema de tipo alérgico, esto puede provocar que se interrumpa tu sueño. Existen dos motivos, el primero es que las alergias producen alteraciones del sistema inmune y dan lugar a respuestas inflamatorias que afectan al sueño, ya que sentimos comezón; y el segundo, es obvio, durante la noche aumenta el picor y nos rascamos, este movimiento inconsciente pueden despertarnos.
Alimentos
Determinados alimentos pueden provocar que nos despertemos a media noche. El alcohol por ejemplo, primero produce somnolencia, pero luego al disminuir la cantidad de alcohol en sangre se produce una estimulación que fácilmente hará que te despiertes. Las comidas muy pesadas, dulces o picantes, también pueden despertarnos si han sido ingeridas menos de 4-6 horas antes de irnos a dormir.
Síndrome de Wittmmack Ekbom o de las piernas inquietas
El síndrome de las piernas inquietas, del que ya te hablamos en Supercurioso, suele agravarse cuando el que lo padece está durmiendo. Ésta puede ser una de las causas que producen despertares nocturnos sin que la persona sepa que lo padece, pues es difícil de diagnosticar.
Temperatura de la habitación
Para conciliar un buen sueño, los expertos aconsejan mantener la habitación con una temperatura más bien fresca, que ronde los 18/19º C. Esta temperatura ambiente facilitará que nuestro cuerpo se encuentre confortable y no luche contra el calor, lo que provocaría que nos despertásemos. La temperatura es indicativa; cada persona puede tener una temperatura diferente de confort.
Un colchón demasiado duro
Que un colchón duro es lo mejor para la espalda es un mito. Hay que buscar un colchón que se adapte a nuestras necesidades y que nos resulte cómodo. Si es demasiado duro, presiona hombros y caderas y no proporciona un buen soporte en la parte baja de la espalda. Esto lleva inevitablemente a moverse continuamente intentando aliviar la presión, lo que hará que nos despertemos.
A estos cinco motivos, se podría añadir el estrés y la apnea del sueño de la que ya os hablamos en un artículo que quizá os pueda interesar leer: Trastornos del sueño más comunes ¿padeces alguno?