La idea de usar un objeto de valor abstracto para realizar intercambios, como una evolución del sistema de trueque, parece ser bastante antigua y remontarse a unos 4.500 años atrás; sin embargo las primeras monedas que se conservan parecidas a las que usamos actualmente son del siglo VII a.C. y se encontraron en Turquía.
Hay muchas cosas curiosas en torno a este tema, en particular, cuál es el origen de los nombres de las monedas que circulan actualmente.
¿De dónde vienen los nombres de las monedas?
Algunos nombres de las monedas son demasiado evidentes, como el del bolívar en Venezuela, el quetzal en Guatemala, el euro de ya saben dónde, el sol de Perú o el efímero austral en Argentina. Las monedas están vinculadas por la historia, la naturaleza o la geografía. Otras tienen que ver con el peso, como el peso.
El peso es una de las denominaciones de monedas más extendidas por América Latina y deriva de la peseta española. La peseta a su vez podría provenir del catalán peceta, “piececita” o pieza pequeña, como ya se habían denominado algunas monedas españolas en el siglo XV.
Habría que agregar que pound, la libra esterlina, célebre moneda perteneciente al archirrival del imperio español, tendría un sentido similar: “peso”. Lo de esterlina es porque en los primeros tiempos las monedas normandas llevaban una estrella por uno de sus lados.
El dólar –americano, australiano, canadiense, guyanés o de Nueva Zelanda– tendría su origen en el nombre de una moneda alemana, el talero o taller, que a su vez tomó el nombre de un valle ubicado en la actual República Checa, Joachimtall, donde se extraía plata y se acuñaban monedas que circulaban por toda Europa.
Junto con el dólar, el euro y la libra esterlina, el yen japonés es una de las monedas que goza de mayor prestigio; su nombre tiene el mismo origen que el yuan chino y el won coreano: los tres términos pueden traducirse como “redondo”, objeto redondo.
El equivalente del peso en Asia vendría a ser la rupia, nombre con el que se denominan las monedas de la India, Pakistán, Indonesia, Seichelles, Nepal, Maldivas y Sri Lanka. El término procede del sánscrito y significa plata.
Aunque estamos acostumbrados a escuchar hablar de arabismos en el español, también hay influencias del latín en el árabe, como es el caso del dinar, que es el nombre de monedas utilizadas en muchos países árabes, islámicos y hasta en Serbia.
Es uno de los términos para monedas en uso más antiguos –de siglo VII d.C.– y proviene del latín denarius, una moneda de plata romana que circuló los primeros siglos de nuestra era.
Concluyamos con el rublo. El nombre de esta moneda que se utilizó en la Unión Soviética y hoy sigue su camino en Rusia y Bielorrusia, provendría de rubit, una medida de peso para la plata. Su uso se remonta al siglo XIII.
Como ves, tras los nombres de estos pequeños y redondeados objetos metálicos hay datos históricos que nos arrastran hacia un pasado común donde no siempre todo es cara o cruz, a veces puede ser estrella.
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