Hace un tiempo en Supercurioso os propusimos una posible inspiración de J.R.R.Tolkien en la creación del anillo de Sauron de su universo de la Tierra Media. En este ocasión os presentamos una nueva hipótesis alrededor del anillo Vyne.
Es posible que hayas visto o leído pero, sobre todo, disfrutado las obras del escritor J.R.R. Tolkien. Seguramente, como la mayoría de los personajes de sus libros, hayas quedado cautivado por un elemento concreto: el Anillo Único.
«Un anillo para gobernarlos a todos,un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos a todos y en las tinieblas atarlos.»
Este sortilegio grabado en el aro nos atemoriza y fascina a la vez, consiguiendo generar en nosotros el mismo efecto que causó en muchos de los habitantes de la Tierra Media. Se trata de un objeto poderosísimo, pero también maldito. ¿De dónde pudo sacar J.R.R. Tolkien la idea de una joya tan asombrosa?
El anillo Vyne
El anillo Vyne tiene su origen en un pasado muy lejano, en el siglo IV. Es de oro y en el centro tiene grabada la figura de la diosa Venus. Junto a ella, a izquierda y derecha leemos: «VE» y «NUS». En el resto de aro encontramos una frase grabada en latín: «SENICIANE VIVAS IIN DE», que significa «Seneciano, que vivas en Dios».
Esta joya fue hallada en 1785 en un huerto próximo a Silchester (Inglaterra, Reino Unido). Silchester es un pueblo que había pertenecido al Imperio Romano en la antigüedad, por lo que resulta lógico que las inscripciones del anillo sean en latín.
Tras este primer hallazgo, se perdió la pista de tan curioso anillo. Años más tarde apareció en la mansión llamada «The Vyne» de una riquísima familia inglesa muy interesada en las antigüedades, los Chute.
¿Dónde está la maldición?
Comenzaba el siglo XIX cuando, curiosamente, a 130 kilómetros de «The Vyne», en un antiguo templo romano edificado para la adoración del dios Nodens, fue descubierta una placa de plomo de la clase «deficio» o «tablilla de la maldición». Estas tablillas eran usadas frecuentemente por los romanos para pedir que los dioses hiciesen daño a otros, generalmente por venganza. En la tabilla en cuestión se podía leer:
«Al dios Nodens. Silvano ha perdido un anillo y donará la mitad [de su valor] a Nodens. A quienes se llamen Seneciano no permitas que gocen de buena salud mientras no devuelvan el anillo al templo de Nodens».
Fue Sir Mortimer Wheeler, amigo de J.R.R. Tolkien, quien en 1929 se percató de que el amenazante maleficio afectaba directamente al Seneciano que había grabado su nombre, posteriormente, en el anillo. El mismo que debía «vivir en Dios». Podemos deducir que Seneciano robó el anillo, igual que Bilbo a Smeagol, a alguien que vivía cerca del templo de Nodens y que decidió vengarse con una «tablilla de maldición». No quedaba duda, entonces, de que el anillo estaba maldito.
Sir Mortimer Wheeler pidió a Tolkien que le ayudara en su investigación. Como ejercía de profesor de Anglosajón en la Universidad de Oxford, le solicitó que estudiara la etimología – el origen – del nombre del dios «Nodens» (perteneciente a la mitología celta).
Tolkien visitó el tempo de Nodens muchas veces y se dice que fue durante ese tiempo que empezó a escribir «El Hobbit«.
Lo más curioso es que, además de inspirarse en el anillo Vyne, algunos aseguran que también se fijó en los alrededores del tempo de Nodens para crear a los enanos del Hobbit. ¿Por qué? Porque esa zona se conoce con el nombre de «Dwarf’s Hill«, «Colina del Enano», ya que durante la edad de Hierro había contenido minas.
El anillo que, supuestamente, inspiró a Tolkien pasó muchos años olvidado en la biblioteca de los Chute, hasta que en 2013 se mostró en una exposición junto con la tablilla que lo maldecía.
Quién sabe si Tolkien se inspiró realmente en este anillo y en la «Colina del Enano», pero de lo que estamos seguros es que detrás de esa joya de «The Vyne» se esconde una historia casi tan interesante como las que contaba Tolkien. ¿Qué tenía ese anillo para que Seneciano lo robase, arriesgándose a ser maldecido? Puede que nunca lo sepamos.