El cementerio de Stull, en Kansas es uno de esos rincones transitados no solo por el misterio y por un pasado de tragedias, sino que además, y según explican sus propios habitantes, es ahí donde se esconde una especie de puerta hasta el infierno.

Es posible que el alimentar esta imagen haya hecho que este rincón de Kansas sea cada día visitado por infinidad de turistas, que series como «Sobrenatural» rodaran algún que otro capítulo en él o que hoy hayamos querido redactar un artículo para ti. En ocasiones, la leyenda teje por sí misma unos hilos que van más allá de los hechos reales, pero sea como sea, vale la pena recordar la historia para que seas tú mismo quien llegue a su propia conclusión.

Hoy te invitamos, una vez más, a pasear con Supercurioso por un nuevo escenario espeluznante.

Stull, la ciudad de colonos alemanes y holandeses con sus «extrañas» prácticas. El Origen de los rumores sobre el cementerio de Stull.

Antes de ser Stull, esta pequeña ciudad situada a diez kilómetros de Lawrence, en Kansas, llevaba por nombre Deer Creek Community. Se sabe que en 1857 eran una seis familias las que vivían en estas tierras, todos ellos colonos alemanes y holandeses que no tardaron demasiado en querer alzar su propia iglesia. Una vez levantada, los sermones se oficiaron en alemán hasta bien entrado el siglo XX, momento en el cual, la ciudad empezó a ampliarse con una oficina de correos, tiendas, bancos y una red eléctrica.

Más tarde, se cambió el nombre a Stull por el jefe de correos, Sylvester Stull, un hombre que adquirió notable poder e influencia en esta pequeña ciudad y que empezó a promover más cambios. Los sermones en la iglesia dejarían de hacerse en alemán, y aún más, se construiría una nueva iglesia, una más grande y mejor, a la vez que se habilitarían unas tierras para crear un cementerio en condiciones. Tal vez estas decisiones y estos «aires de modernidad» provocaron que «algo» empezara a molestarse.

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Debemos tener en cuenta que desde 1857 hasta 1920, la comunidad de Stull seguía muy arraigada a sus tradiciones europeas, a su religión y a un hermetismo creado por esas seis familias que se habían abierto paso en un país nuevo, pero manteniendo una mentalidad muy tradicional. Los historiadores sospechan que lejos de practicar la religión evangélica, tendían más hacia un tipo de prácticas más oscuras que podían relacionarse claramente con el satanismo. Llegado el siglo XX y con la noticia de que iba a levantarse una nueva Iglesia, las tragedias empezaron a abrirse paso.

Primero fueron los incendios. Más tarde, el hijo de un granjero apareció quemado en medio del campo. Semanas después, se iniciaron los suicidios. Fueron varias las personas que aparecieron colgadas en uno de los árboles del nuevo cementerio, ahí donde se hallaba también la vieja iglesia. Pero aún hay más, a las tragedias personales se sumaron las económicas: el ferrocarril ya no llegaría a Stull, se había anulado la concesión y, por si esto fuera poco, uno de los bancos más fuertes del país también se echó atrás a la hora de llevar una de sus sucursales a aquel pueblo de Kansas.

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Antigua iglesia de Stull, en el cementerio de Stull

La antigua iglesia quedaría abandonada a partir de entonces, sola y vacía en lo alto de una colina. Los oficios se dirigían ahora hacia la otra construcción más nueva. No obstante, se sabía que por la noche eran muchos los vecinos que se acercaban al cementerio y esa vieja iglesia para celebrar sus misas privadas, sus ritos, sus invocaciones. Te sorprenderá saber también que todo lo que aquí sucedía llegó a saberse gracias a un artículo que publicó la Universidad de Kansas en noviembre de 1974.

Se hablaba de dichas misas, de las presencias que allí solían aparecer, de las invocaciones al diablo y de esa Iglesia donde solían celebrarse numerosos ritos. ¿Sabes cuál fue el resultado? Que la ciudad de Stull se convirtió en un destino de peregrinación para todos los acólitos del satanismo. O puede que fueran simples curiosos, no queda claro, lo que sí se sabe es que el 20 de marzo de 1978, se concentraron en Stull más de 150 personas que aguardaban a que el mismísimo Satán, hiciera acto de presencia.

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¿Y ocurrió, apareció el Demonio? Desde luego que no, pero la leyenda sigue muy viva a día de hoy, a pesar incluso, de que en el 2002 se derribara la vieja iglesia. No obstante, queda un árbol, ese árbol en el cual se suicidaron varias personas, ahí donde según dicen, aparecen numerosos espectros… ¿Te atreverías a visitar el cementerio de Stull? Mientras lo decides te invitamos a recordar el asombroso cementerio de Piérre Lachaise de Paris.