Esta historia tiene todos los contenidos para ser una auténtica película de terror. O al menos lo será para todo aquel a quien le produzcan cierta inquietud las arañas. Si piensas que somos algo exagerados, permite que te pongamos en contexto…
Imagina que te despiertas como cada mañana de la cama, abres las cortinas y la ventana de tu habitación para ver qué tiempo hace… y descubres un manto blanco. Un tenue, vaporoso y delicado tejido blanco ondeando de aquí allá, sobre todo lo que hasta no hacía mucho, era tu pueblo, tu ciudad.
¿Qué es lo que ha ocurrido? Arañas. Todo un pueblo cubierto por tela de arañas. Y la historia es real, ocurrió este mismo año en un pueblo de Australia: en Goulburn, en New South Wales.
El pueblo donde llovieron arañas del cielo
Fue en mayo de este mismo año. Goulburn es un pueblo pequeño de bonitos campos y con aire tranquilo, muy bucólico. Nada les podía hacer pensar que de la noche a la mañana iban a ser invadidos nada más y nada menos que por centenares y centenares de arañas. Sin embargo, así fue.
Todo habitante de Goulburn que salió de su casa esa mañana del 4 de mayo se encontró con una singular maraña que se enredaba a sus pies, a sus rostros… Los coches estaban cubiertos, y los campos parecían superficies abstractas que un mal pintor hubiera creado para producir terror, angustia.
No obstante, no es que todo el pueblo estuviera cubierto por una eterna tela de araña, es que en el ambiente, flotaban también pequeñas cría de araña. Tal y como empezaron a decir en las redes sociales de Goulburn…¡Están lloviendo arañas del cielo!
¿A qué se debía pues este singular fenómeno? Martyn Robinson, naturalista y responsable del museo de Australia, no tardó en desplazarse al lugar de los hechos para recabar información y tranquilizar a sus habitantes. Según él mismo explicó a los medios, se trata en realidad de algo muy común, llamativo pero habitual.
Es un modo de migración a la que llaman «aerostación». Las arañas bebés suelen subirse a partes muy altas de los árboles para desde ahí, dejar ir suaves hilos unas con otras formando una especie de paracaídas. De ese modo, cualquier golpe de viento, cualquier brisa se las lleva de un modo muy efectivo. De ahí que «parezca que llueven arañas». En realidad, solo estaban desplazándose.
Se sabe incluso que gracias al viento pueden llegar a cruzar kilómetros sobre el mar hasta llegar a islas cercanas. Ahora bien, cada cierto tiempo se producen lo que se llama «migración masiva», es decir, millares de arañas pueden dejarse llevar en grupo e invadir campos y árboles, envolviéndolos con esas madejas delicadas, pero sumamente resistentes.
Este fenómeno acaecido en Goulburn duró dos días. Según explicaron los propios habitantes andar era muy incómodo, y todos aquellos que sufren de aracnofobia se quedaron en sus casas protegidos de ese enemigo incómodo que podía caer de casi cualquier lado. ¿Puede haber algo tan asombroso a la vez que terrorífico?
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