La historia de Ra Paulette y de su increíble catedral subterránea, fue llevada a los Oscars este año para optar a la categoría de mejor corto. Su historia, entre lo entrañable y lo fantástico, podría no solo ser llevada al cine, sino llenar varios libros y una serie de televisión. A pesar de la grandeza de su obra, su protagonista es demasiado humilde para valorar lo que sus manos han realizado a lo largo de 25 años.
Te aseguramos que si no conoces su historia, te va a sorprender la increíble peripecia de este hombre que jamás buscó notoriedad, solo meditar en compañía de la naturaleza.
La catedral de arcilla, polvo y soledad
La vida de Ra Paulette nunca fue demasiado especial. Abandonó tempranamente la universidad y lo despidieron de la mayoría de sus trabajos. Empleado de correos, guardia de seguridad, instalador de tuberías… parecía que nunca lograba encontrar su lugar en este mundo, que en su existencia palpitaba un vacío al que nos sabía dar forma.
Ante esta sensación de soledad y fracaso vital, pensó que lo mejor que podía hacer era pasar una temporada en medio de la naturaleza. Meditando. Un escenario que siempre le había atraído era el desierto de Nuevo México. Era el año 1985 y Ra Paulette decidió apartarse del mundo para estar solo consigo mismo, su imaginación, el desierto y… una pala.
Un día empezó a cavar. La tierra arcillosa del desierto ofrecía muchas posibilidades, tantas, que su mente de pronto empezó a inflamarse con una estrambótica y esperanzadora idea. ¿Y si construía una catedral? Una catedral de arena, subterránea y hendida en las mismas entrañas del desierto, allí donde solo la soledad y el viento tibio ululaba formando día a día ese proyecto increíble.
25 años persiguiendo un sueño
Trabajó incansablemente durante 25 años. Como los mejores constructores y arquitectos, Ra Paulatte no cesó en su empeño hasta que pudo arrancar de su mente esa catedral para verla hecha realidad. Al principio esculpió con sus manos y su pico una pequeña capilla en la que introducirse para pensar, pero poco a poco y día a día, fue ampliando espacios, alzando columnas, contrafuertes, cúpulas, pilares e increíbles salas.
La catedral subterránea tallada a mano en el desierto de México, dispone de 14 galerías que se extienden por más de 8.400 metros cuadrados.
Ra Paulette tiene 67 años y es conocido en el mundo entero como «El excavador». Se hicieron varios documentales sobre su magnífica proeza, consiguiendo inmumerables premios en varios festivales y una nominación a los Oscars de este año. Pero él nunca ha buscado notoriedad, según sus propias palabras él solo disfruta «del polvo, la soledad y la belleza de la naturaleza».
Paulette ha llamado a su catedral las ‘cavernas de meditación’, un escenario donde la gente puede entrar para relajarse, meditar y disfrutar de la soledad. Pero eso sí, este Miguel Ángel del desierto pide un millón de dólares por cada una de las salas en caso de que alguien esté interesado en adquirirlas.
Tampoco descarta el seguir ampliándolas, porque «está totalmente obsesionado, y piensa en su catedral 24 horas del día”. Es un arqueólogo de la arena y un amante de esos sueños imposibles que no parecen tener fin. De seguir así, creará seguramente la catedral más espectacular de este mundo. Algo fascinante para un hombre que ama la soledad, y el trabajo incansable con sus manos…