El mercado actual es un terreno profesional en el que está en juego la supervivencia de una gran cantidad de empresas. La competencia es voraz, por lo que cada una de las compañías trata de poner en práctica en sus procesos la metodología de trabajo más avanzada y las herramientas más prácticas e innovadoras.
Una de estas últimas que mejores resultados está ofreciendo en el ámbito empresarial es el lean manufacturing. Un concepto cuyo origen se remonta a mediados del siglo XX y que nació con la firme intención de mejorar el funcionamiento de las viejas fábricas. Sin embargo, su puesta en práctica ha evolucionado con el paso de los años, por lo que hoy cabe preguntarse qué es lean manufacturing.
El lean manufacturing como aumento en la capacidad de producción
El lean manufacturing es una metodología de trabajo cuyo principal objetivo es lograr un aprovechamiento más eficiente de los recursos disponibles en la empresa, suprimir aquellas actividades que no aporten valor y reducir los tiempos muertos a su mínima expresión. Una herramienta, por tanto, enfocada hacia el aumento en la capacidad de producción o de prestación de servicios a un menor coste.
Estamos, por tanto, frente a un sistema de gestión basado en la construcción de flujo con el objetivo de otorgar valor al cliente. Para ello, el lean manufacturing usará recursos ajustados reducidos al mínimo, ya que lo que nos interesa aquí es desechar las actividades que no van a aportar nada al proceso final.
Eliminar las tareas innecesarias para reforzar las útiles
Eliminando las tareas innecesarias no solo se consigue incrementar el valor de las que son útiles, sino que también se reducen costes, se mejora el proceso y se equilibra el margen de utilidad del producto. El resultado de todo esto será beneficioso tanto para el empresario como para el cliente, una utilidad efectiva entre la comunidad en dirección a una mejora sostenible.
En síntesis, lo que se busca con el lean manufacturing es obtener las cosas correctas en el tiempo correcto, el lugar indicado y con la cantidad perfecta, minimizando el desperdicio, siendo flexible en todo momento y estando abierto a los cambios y la mejora continua. De conseguirse, se lograrán mejorar todos los procesos de una fábrica para aumentar su producción y, por ende, su competitividad en el mercado.
No es de extrañar, por tanto, que cada vez sean más las grandes compañías que están apostando por el concepto de lean manufacturing.