Lo llaman el Santo Grial de la criptografía. Se trata del manuscrito Voynich, también conocido como el Código Voynich. Se trata del libro más enigmático del que se tenga registro en la historia, escrito hace más de 500 años y cuyo idioma, cuya lengua, aún no ha podido ser traducida. Es un maravilloso volumen repleto de dibujos e ilustraciones de temáticas diversas, temas fascinantes que serían de gran interés para científicos e historiadores sino fuera porque nadie, absolutamente nadie, ha podido traducirlo. Pero aún no te lo hemos dicho todo. El manuscrito Voynich esconde todavía más misterios que te sorprenderán…
Descifrando el manuscrito Voynich
Hace un tiempo te hablábamos en Supercurioso de los objetos más curiosos e inexplicables de nuestro mundo. Pues bien, el Código Voynich estaba entre ellos. Y su fascinante misterio no se centra únicamente en que ningún experto haya podido averiguar en qué lengua está redactado, sino que además todas las temáticas e ilustraciones que allí se reflejan no parecen corresponderse con nuestro planeta. Es decir, vemos dibujos de astronomía, medicina, botánica, biología y farmacia, que no existen en nuestro mundo. Nadie ha visto jamás las plantas que allí aparecen, ni los animales, ni los artilugios que allí se ven reflejados…
Se ha datado que su antigüedad, no va más allá de los 500 años. Pero lo que vemos en cada una de sus páginas no encaja en ningún periodo histórico conocido. Podemos contemplar situaciones cotidianas donde series humanos realizan actividades incomprensibles, utilizando además objetos que nadie termina de reconocer. Y lo que es más impresionante: las plantas, las flores, los árboles…¿de dónde proceden? Nadie lo sabe.
El origen del Código Voynich
El manuscrito Voynich debe su nombre a Wilfrid M. Voynich, caballero ilustre que encontró este libro en una biblioteca jesuita cerca de Roma, en 1912. Aunque en realidad, perteneció a Kircher un criptólogo alemán del siglo XVII, quien lo recibió a su vez de un tal Johannes Marcus Marci, rector de la universidad de Praga en aquella época. Éste, a su vez, lo consiguió por parte de Georgius Barchius, alquimista que trabajó en la corte de Rodolfo II.
Indagando un poco más en sus orígenes y registros, parece ser que este libro surgió de la biblioteca de Johannes Kepler, quien entre los años 1584 y 1588 vivió en la corte de Rodolfo. Kepler era un gran aficionado a la alquimia, matemáticas, astrología y astronomía, y disponía además de muchos manuscritos y pertenencias de un personaje que admiraba en especial: Roger Bacon. De ahí que muchos piensen que el libro Voynich perteneciera originalmente a Roger Bacon, quien supuestamente, y según muchos, sería el verdadero autor del mismo.
Pero… ¿Por qué lo hizo? Si fue Roger Bacon el autor de este curiosísimo manual de lengua indescifrable, ¿qué razón le llevó a crear semejante maravilla de lo extraño? Recordemos: Roger Bacon fue un monje franciscano y gran alquimista que pasó gran parte de su vida investigando sobre la piedra filosofal y el elixir de la vida eterna. Tal vez el libro Voynich sea el resultado de sus investigaciones. Unos logros que camufló con un lenguaje encriptado. Una lengua complejísima e imposible que nadie ha logrado descifrar para comprender los secretos que ahí se esconden… Todo un reto, sin duda.