La Llorona es un personaje emblemático de la cosmogonía mestiza en América latina. De este personaje se conoce principalmente su llanto, que recorre caminos, pueblos, barrios de ciudades en América latina. El mito de la llorona se escucha desde México hasta la Tierra de Fuego. Si quieres conocer más acerca de esta leyenda, no despegues tu vista de este artículo que hoy te traemos en Supercurioso.
El mito de la Llorona, la terrorífica leyenda mexicana
La triste leyenda de La llorona existe desde los días de los conquistadores españoles. Se dice que un espíritu con pelo largo y negro, una mujer de belleza incomparable, anda las riberas de los ríos, llorando toda la noche, buscando a niños que ella pueda arrastrar a su muerte, desapareciendo con ellos en los ríos. Las versiones varían, pero todas tienen una algo en común: el espíritu de una madre que ahogó a sus niños, y ahora está destinada pasar la eternidad buscándolos en los ríos y en los lagos.
1. Las versiones de la leyenda de La llorona
Versión 1 del mito de La Llorona
La leyenda dice que una mujer llamada María, que nació en un pueblo pequeño y humilde, tenía una belleza legendaria y capturó las miradas y la atención de todos los hombres de su pueblo. María pasaba enfrascada en su vida de quehaceres rurales, pero en las noches salía a los clubs y a los bares, excitando a todos los hombres que la veían. Durante sus aventuras nocturnas, dejaba a sus hijos solos en casa. Un día, una persona de su pueblo, encontró a los niños muertos en un río. Algunos decían que ella misma los asesinó, pero otros reclamaban que los bebés murieron simplemente por su negligencia.
Versión 2 del mito de La Llorona
Otra versión del mito de la llorona explica que era una mujer buena y llena de amor que se casó con un hombre rico que siempre le regalaba todo lo que deseaba. Pero después de que ella pariera a sus dos hijos, él comenzó a cambiar. Volvió a una vida de mujeriego y alcoholismo, y desaparecía a veces durante meses. Parecía que él ya no amaba a su esposa, y que cuando volvía a casa, era únicamente con la intención de ver a sus hijos.
Una noche, al constatar que no le prestaba ninguna atención, María perdió el control y, enfurecida, ahogó a sus hijos en el río. Al darse cuenta de lo que había hecho, persiguió a sus niños que flotaban muertos bajo el río. Cuando por fin los sacó del agua, se dio cuenta de que era demasiado tarde: era imposible salvarlos. Desde entonces, María pasaba sus noches vagando por las calles del pueblo, llevando su vestido blanco y largo y lamentándose por el terrible acto que había cometido.
2. Orígenes y amplitud de el mito de La Llorona
La importancia de un mito suele medirse por su amplitud geográfica, y esto hace de la leyenda de La Llorona un claro ejemplo, puesto que se escucha desde México hasta Perú, pasando por Nicaragua y Colombia. Los orígenes de ese personaje se encuentran, según el testimonio de Fray Bernardino de Sahagún, en el México de la conquista, durante la cual hubo siete señales consecutivas, aterradoras, presagiando la destrucción del mundo precolombino.
La historia es más increíble y real de lo que podamos imaginar: la sexta señal fue el largo lamento de la diosa Ciuatlcoatl, que inconsolable clamaba «ay mis hijos, ay mis hijos…». En efecto, el llanto de la diosa del panteón azteca presagiaba la violencia desencadenada por los hombres y la impotencia de las mujeres frente a la muerte y el desarraigo al que fueron sometidos por los españoles.
Así, el mito de La Llorona, en el imaginario mestizo, simboliza a la mujer abandonada al placer, de ahí el castigo y de ahí la necesidad del control por parte del hombre para el cumplimiento de su papel biológico y social (podríamos recordar a Eva, quien también fue castigada por conocer el placer). Además, a Llorona en México está asociada a La Malinche, la joven esclava que junto con otras veinte adolescentes fue ofrendada por el Cacique de Tabasco a Hernán Cortés como prueba de hospitalidad y en signo de paz y de amistad. De ahí que en Colombia, por ejemplo, también se escuche el mito como el de una mujer “mala” y libertina que prefería festejar a cuidar a sus hijos, rompiendo peligrosamente el molde de lo que debe ser las mujer.
Tal como habrás podido notar, la leyenda de La Llorona no es sólo una historia para asustar a los más crédulos, sino que, de hecho, encierra una compleja interpretación. Antes de despedirnos, nada nos gustaría más que conocer tus impresiones. Anímate a contarnos en la sección de comentarios si estabas ya familiarizado con el mito de La Llorona y cuál es tu interpretación personal. ¡Te leeremos!