Cada día son mayores los avances tecnológicos cuyo objetivo se centra en la protección de datos. Todos los días aparecen noticias sobre nuevas formas de seguridad biométrica (Reconocimiento de rasgos humanos), ya no nos sorprende que un teléfono móvil sea capaz de leer tu huella dactilar para desbloquearse, o que tu PC pueda escanear tus ojos para iniciar sesión. Ahora hay una nueva y sorprendente forma que se añade a esta lista de «contraseñas biométricas»: El olor corporal.
Según un grupo de investigadores del Grupo de Biométrica, Bioseñales y Seguridad de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Complutense de Madrid, el olor emitido por cada persona es único. Esta característica podría fácilmente adaptada para identificar a una persona y darle acceso a una determinada información o dispositivo.
Las pruebas realizadas en 13 personas durante 28 sesiones distintas son muy alentadoras.
Los resultados preliminares muestran que el olor corporal emanado por cada persona es útil para identificarla con un margen de error del 15%. A esto hay que añadir que el olor corporal sufre variaciones de acuerdo a otros factores como los perfumes y cosméticos que usamos, la alimentación, medicación y enfermedades que nos aquejan, y hasta el estado de ánimo que tengamos. Con ello el margen de error es aún mayor, pero los investigadores confían en precisar los suficientes marcadores químicos como para reducir el margen de error a cero.
De lograrlo la identificación de personas se llevaría cabo de una manera rápida, cómoda, no invasiva y hasta “silenciosa”; es decir, sin que las personas se den cuenta de que existe un control de identificación.
Esto sería muy útil para resguardar la seguridad en aeropuertos y lugares públicos. Los estados ya no tendrían que imprimir credenciales con códigos de barras o chips como autentificadores. Si acaso las contraseñas alfanuméricas y los sensores de huellas dactilares servirían solo para confirmar la contraseña de “olor” si existiera alguna duda o para mejorar aun más la seguridad.
La identificación por olor corporal no es nada nuevo. Se dice que un niño recién nacido reconoce a su madre por el olor. Cada vez son más las investigaciones que apuntan a que no solo la apariencia física y las feromonas son las responsables de la atracción sexual en los humanos, también el olor desprendido de nuestros cuerpos contribuye más de lo que pensamos.
¿Qué opinas? ¿Crees que en un futuro esta tecnología podrá ser aplicable en el día a día?