Actualmente existen agencias matrimoniales que funcionan con un sistema similar al de las antiguas «novias por correo». Normalmente son jóvenes que a través del matrimonio pretenden alcanzar una estabilidad económica que no tienen en su país de origen. En EE.UU. durante la Guerra Civil entre el Norte y el Sur murieron más de 600.000 hombres y esto ocasionó un número desproporcionado de mujeres casadera y algunas se postularon como «novias por correo» para viajar a las zonas más despobladas, donde había escasez de féminas. Una de estas mujeres fue la protagonista de un suceso muy curioso: la increíble historia de Eleanor Barry una «novia por correo».
Eleanor Barry una «novia por correo»
Chris Enss, escritora e historiadora especializada en la vida de las mujeres en el Salvaje Oeste, nos cuenta en su libro «Hearts West: True Stories Of Mail-Order Brides On The Frontier» una gran cantidad de historias y anécdotas en torno a las vivencias de estas féminas. Unas acabaron bien y otras muy mal. Entre ellas encontramos la curiosa e increíble historia de Eleanor Barry.
Eleanor Barry era una joven huérfana, nacida en California, que vivía desde la muerte de sus padres en casa de unos vecinos y que trabajaba como maestra de escuela. Como hemos comentado anteriormente, en los años posteriores a la Guerra de Secesión, en las zonas más pobladas de los EE.UU. había una gran escasez de hombres con los que contraer matrimonio, que era la principal manera de subsistir de las mujeres de la época. Eleanor, que en 1873 tenía 22 años, estaba ojeando la «San Francisco Magazine» cuando vio un anuncio en el que un tal Louis Dreibelbis, de profesión minero en Grass Valley, California, y en posesión de una considerable fortuna, buscaba una esposa para compartir su vida.
Durante 3 meses intercambiaron cartas y al cabo de este tiempo fijaron la fecha de la boda. Eleanor se despidió de su empleo de maestra, metió su ajuar en un baúl y cogió un tren camino de Grass Valley. El viaje transcurría plácidamente cuando el ferrocarril en que viajaba fue asaltado por cuatro bandidos. Estos pretendían hacer volar la caja fuerte que se encontraba en el vagón de equipaje, donde se hallaban las pertenencias de Eleanor. La joven suplicó al jefe de la terrorífica banda que le permitiese sacar su baúl, pues en él iba todo su ajuar. El bandido, que tenía una curiosa cicatriz dentada en la muñeca, se compadeció de ella y le permitió retirarlo. El resto del equipaje de los viajeros voló por los aires cuando explotó la caja fuerte.
Al llegar a su destino, junto con los otros viajeros, denunció el asalto. Eleanor se instaló en un hotel que había reservado su prometido, el cual lamentablemente había tenido que ausentarse.
Al día siguiente la joven se endomingó y bajó al salón del establecimiento donde iba a celebrarse el enlace. En ese momento la «novia por correo» conoció a su futuro marido, el minero Louis Dreibelbis. Eleanor quedó algo decepcionada por la edad de Louis, pero su voz le resultó extrañamente familiar. Dieron su consentimiento y cuando él iba a firmar el certificado matrimonial la joven vio en su muñeca la cicatriz dentada que tenía el bandido del tren. Gritó y llorando se fue corriendo a su habitación. Louis que sí la había reconocido desde el principio, pero pensaba que ella no lo haría, huyó del local. Al día siguiente Eleanor explicó que no recordaba ninguna boda y que lo había meditado mejor y no quería contraer matrimonio. Compasivos, el ministro que los había casado y la dueña del hotel, creyendo que tenía un trauma por el asalto al tren, consideraron el enlace como no celebrado.
Eleanor volvió a su pueblo y explicó que Louis no era lo que ella esperaba y había decidió no contraer matrimonio. Sin embargo, unos meses después Dreibelbis fue detenido y la historia de la boda salió a la luz. Eleanor, avergonzada, intentó suicidarse pero fue rescatada a tiempo. No se sabe que ocurrió después con la chica, aunque los historiadores creen que se recuperó del desengaño y volvió a casarse.
Lo ocurrido ilustra claramente las dificultades y engaños a las que estaban expuestas estas mujeres que confiaban en «el correo» para casarse. Si te ha interesado la historia de esta novia por correo y quieres saber más, te invitamos a leer: