En el año 1997, el físico argentino Juan Martín Maldacena propuso un sorprendente modelo teórico según el cual la gravedad surge de cuerdas infinitesimales, delgadas y vibrantes y puede ser «reinterpretada» en términos físicos. Así, este mundo de cuerdas matemáticamente intrincado, que existe en diez dimensiones espaciales, no sería más que un holograma: la acción real se desarrollaría en un cosmos plano, más simple y en el que no hay gravedad.
Una investigación reciente realizada por un equipo de físicos japoneses confirma esta teoría con una serie de modelos matemáticos que sugieren que este principio podría ser verdad.
El modelo avanzado por Juan Maldacena sugiere que en el universo existen 10 dimensiones: nueve dimensiones espaciales y una dimensión temporal. Los investigadores japoneses que han abordado esta teoría han tratado de proporcionar una evidencia matemática que muestre que el principio holográfico podría estar en lo cierto. Su estudio ha sido publicado en la revista Nature.
El principio holográfico sugiere que hay una superficie de dos dimensiones que contiene toda la información necesaria para describir un objeto tridimensional, en este caso, el universo conocido por los habitantes de la Tierra.
En esencia, el principio sostiene que los datos contienen una descripción de un volumen de espacio podría estar oculto en una región de este cosmos plano, la versión «real» del universo.
En un agujero negro, por ejemplo, todos lo que entra en él pueden estar contenidos contenidos completamente en las fluctuaciones de la superficie. Esto significa que los objetos se guardan más bien como «recuerdos» o fragmentos de datos.
En un sentido más amplio, la teoría sugiere que el universo entero puede ser considerado como «una estructura bidimensional proyectada en un horizonte cosmológico». Dicho de manera más simple podemos decir que el universo en el que la gente cree que viven es en realidad una proyección tridimensional de un universo 2D alternativo .
En uno de los estudios, Yoshifumi Hyakutake, de la Universidad de Ibaraki, en Japón y sus colaboradores, calcularon la energía interna de un agujero negro, la posición de su horizonte de sucesos (el límite entre el agujero negro y el resto del universo), su entropía y otras propiedades en base a las predicciones de la teoría de cuerdas, así como a los efectos de las llamadas ‘partículas virtuales’ que aparecen continuamente dentro y fuera de la existencia. En el otro de los estudios realizados, estos científicos calcularon la energía interna del correspondiente universo de dimensión inferior sin gravedad. Los dos cálculos informáticos coinciden.
Juan Maldacena opina que parece que los cálculos son correctos. Además, considera que «son una forma interesante de demostrar muchas ideas de la gravedad cuántica y la teoría de cuerdas».
Por su parte, Leonard Susskind, físico teórico de la Universidad de Stanford, en California, quien fue además uno de los primeros teóricos en explorar la idea de universos holográficos, explica que «numéricamente han confirmado, tal vez por primera vez, algo de lo que estábamos bastante seguros pero era todavía una conjetura: que la termodinámica de ciertos agujeros negros puede ser reproducida desde un universo dimensional inferior».