La figura de la bruja o mago ha ido tradicionalmente acompañada de un animal, principalmente un gato. Este ser es conocido como el «familiar» y se le atribuyen propiedades especiales. En el artículo de Supercurioso La terrible historia de la bruja Agnes Waterhouse y su gato Satanás vimos cómo una mujer era condenada por poseer un «espíritu familiar». Acompáñanos a conocer más curiosidades sobre los Espíritus Familiares de las brujas encarnados en animales domésticos.
Los Espíritus Familiares de las brujas, encarnados en animales domésticos
Los fans de Harry Potter estamos acostumbrados a ver esos animales que acompañan a los alumnos cuando inician sus estudios en Hogwarts. Están basados en los Espíritus Familiares de las brujas, una figura tradicional. El espíritu familiar es segun el folclore tradicional, un ente que tiene poderes mágicos y se pone, a través de un pacto, al servicio de un/a brujo/a o mago. Actúa como un ayudante o sirviente haciendo posibles los deseos de su amo. Se le llama «familiar» porque comúnmente pasa de padres a hijos dentro de la misma familia. El progenitor debe instruir a sus vástagos sobre como mantener a ese espíritu dentro de su clan.
La figura del espíritu familiar, tal como la conocemos y vemos reflejada en libros y películas, tiene su base en la caza de brujas que se llevó a cabo en Inglaterra y Escocia entre los siglos XVI yXVII, aunque se cree que hunde sus raíces en una tradición más antigua de los pueblos que poblaban la isla ancestralmente. Durante la caza de brujas, uno de los temas recurrentes es la existencia de estos animales «familiares» que solían ser fundamentalmente perros o gatos.
El que tengan forma de animal obedece, entre otras cosas, a que esta característica les facilita las labores de espionaje para el brujo/a. Los animales más comunes para este servicio son como ya hemos dicho los gatos y los perros, pero también hay menciones sobre búhos, ranas, liebres, caballos y sapos. Según la historiadora Emma Wilby, que ha estudiado todo el folclore inglés sobre el tema, los espíritus familiares encarnados en animales domésticos suelen vivir en receptáculos de cerámica o en cestas forradas de lana de oveja y comen gran variedad de cosas como leche, carne, pan e incluso sangre.
Además de la herencia, el espíritu familiar puede llegar al brujo/a sin que éste se lo espere. Cuando esté realizando sus tareas cotidianas puede aparecer en forma de animal y realizarse esa conexión especial que lo llevará a convertirse en su auxiliar. Otras veces, ante las necesidades materiales de un brujo, se le aparece el espíritu familiar para ofrecerle un pacto y entrar a su servicio. En muchos juicios de brujas se consideró la existencia de animales, pretendidamente «espíritus familiares», prueba suficiente para condenar a la persona por brujería. Además, uno de los signos que marcaban a una mujer como bruja era la existencia de una tercer pezón. Se creía que éste servía para alimentar al espíritu familiar.
La ignorancia y la superstición llevaron a muchos hombres y especialmente mujeres a la muerte acusados de brujería y, junto a ellos, en muchas ocasiones perecieron animales inocentes acusados de ser un «espíritu familiar».
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