«La vita è fatta di sogni e i sogni aiutano a viverla meglio«. «La vida está hecha de sueños y los sueños ayudan a vivirla mejor», seguramente esto fue lo que impulsó a los fans de Elvis italianos a vivir la más increíble de las aventuras que los llevaría al mismo borde de la muerte por conocer al intérprete más influyente en la música del novecientos, un revolucionario, un hereje o simplemente el Rey, Elvis Presley.
El desconocido caso de los fans de Elvis italianos que arriesgaron la vida por verlo
Cuando se habla del fenómeno fan, generalmente lo asociamos a las chicas, chicas que gritan en los conciertos, que se desmallan… pero y los chicos cómo viven, cómo expresan la admiración. De esto, precisamente, estuve hablando con Lino Leggio el protagonista y autor del libro de corte autobiográfico «Lui non è qui» («Él no está aquí»), en el que nos cuenta lo que fue capaz de hacer por su ídolo. Un temerario viaje en completa clandestinidad donde conoció la cara menos amable de la vida, repleta de desprecio, racismo, frío y hambre mucha hambre que le hizo perder 4 kg en 11 días cuando era apenas un adolescente de 15 años, que veía en la figura de Elvis Presley la esperanza de que también para los pobres existe la gloria.
Así fue como en la Italia del 59, que luchaba por recuperarse de los desastres de la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad fronteriza de Údine, un chiquillo proveniente de una familia pobre de expatriados que tras la guerra pierde hasta la casa y malvive refugiada en una chabola, comienza a ilusionarse con la idea de conocer a su ídolo, que en aquel momento está más cerca que nunca, ya que se encuentra prestando servicio militar en la Base Americana NATO de Friedberg, en la «cercana» Alemania Federal. Digo «cercana» porque en realidad la separan de Údine 865 km y dos fronteras, la italiano-austríaca y la austríaco-alemana, que aún conserva una fuerte hostilidad hacia el pueblo italiano por lo que atravesarlas sin los debidos permisos y documentación constituía un delito gravísimo.
Pero la inocencia y la audacia de la juventud es obstinada y un día como hoy, de Santa Lucía, toma la firme decisión de encaminarse hacia Friedberg, en pleno diciembre, a menos 50ºC, para llevarle al Rey el regalo de cumpleaños más caro del mundo, la partitura de una canción napolitana, popularizada por el grande tenor italiano Caruso, Santa Lucia. ¿Una simple partitura el regalo más caro del mundo? Sí, queridos lectores, porque la entrega de tan humilde presente se cobró la vida de dos personas en un trágico accidente: un muchacho italiano, llamado Angelo, que se une a Lino en su loca aventura y Kevin, un GI americano, que viajaban en un escarabajo junto a Lino, Gianpaolo y Pat, otro soldado americano, que milagrosamente salvan la vida.
Un horrible accidente que es sólo el terrible colofón de una sucesión de calamidades y desventuras que trae consigo como compensación el ansiado encuentro con el ídolo, que había revolucionado el mundo entero, casi como una aparición divina que ya se daba por imposible. En medio de un cortejo fúnebre de vehículos militares que se encaminaba hacia el avión, que los habría deportado a Italia poniendo fin a la aventura, ven al cabo Elvis Aron Presley en solemne saludo ante los féretros, de servicio en aquel preciso momento. Lino no se lo piensa dos veces y corre hacia él para entregarle su precioso regalo. Elvis, completamente atónito y conmovido, lo coge y se lo guarda entregándole en cambio lo único que en ese momento tenía, unas gafas Ray Ban que Lino conserva como la más valiosa de las joyas.
En 1965, Elvis Presley graba Santa Lucia, la única canción que canta en italiano, en el álbum «Elvis for Everyone» y como banda sonora de la película «Viva las Vegas» en recuerdo de éste fortuito y amargo suceso, que Lino nos confiesa, ha mantenido en secreto hasta el momento de la publicación del libro por motivos legales, ya que al pasar ilegalmente las dos fronteras cometió un delito que debía prescribir.
Ahora después de casi 60 años al propio Lino este episodio de su vida le parece una locura que recuerda con cierto remordimiento, pero que por otra parte le regaló el momento más emocionante de su vida, que tendremos la oportunidad de ver recreado en una película que comenzará a rodarse a finales del año que viene. Hasta entonces podemos disfrutar de esta apasionante historia de los fans de Elvis italianos que arriesgaron tanto para verlo, a través del libro de Lino «Lui non è qui», que os invito a leer.
Imágenes: Lino Leggio, Vanessa Serrano.