Lavarnos las manos, ducharnos, poner la lavadora, cocinar, tirar de la cisterna… En nuestro día a día, realizamos numerosas actividades que requieren el uso de agua y su posterior desecho por el desague. Generalmente, no pensamos mucho en qué pasa con ese agua sucia de la que nos deshacemos porque las tuberías se encargan de dirigirla a donde debe llegar, pero ¿qué pasa en esas casas alejadas de los núcleos urbanos que no están conectadas a la red de alcantarillado? ¿Cómo se deshacen en estos casos de las aguas residuales?
Fosas sépticas: la solución cuando no hay alcantarillas
Una fosa séptica es un sistema económico que se utiliza para el tratamiento parcial de las aguas residuales generadas en viviendas y edificios comerciales que no están conectados a la red principal de alcantarillado. Este sistema subterráneo de tratamiento maneja todo lo que arrojas por el desagüe, actuando como un filtro gigante que separa los sólidos de los líquidos, para a continuación descomponer la materia orgánica con la ayuda de bacterias.
Cómo funciona una fosa séptica
El funcionamiento de una fosa séptica es bastante ingenioso. Todo empieza cuando el agua usada de tu casa –ya sea del baño, cocina o lavadora– se desplaza por las tuberías y llega a la fosa séptica. Aquí, la magia de la naturaleza y la ciencia se unen: los sólidos, más pesados, se hunden al fondo formando lo que se llama cieno; los aceites y grasas, más ligeros, flotan hacia la parte superior formando una capa de espuma. Entre ambos, se encuentra una capa líquida que contiene agua tratada parcialmente.
En esta etapa, las bacterias anaeróbicas (esas que no necesitan oxígeno para vivir) entran en acción. Estas bacterias descomponen la materia orgánica del cieno y la espuma, reduciendo así el volumen de los residuos. El líquido clarificado, conocido como efluente, se dirige hacia un sistema de drenaje, donde se filtra a través del suelo y es purificado de manera natural antes de llegar a las aguas subterráneas.
Tipos de fosas sépticas
La durabilidad y eficiencia de una fosa séptica depende en gran medida de los materiales utilizados en su construcción, y cada una de ellas está diseñada para adaptarse a diferentes necesidades y condiciones del terreno. Además, también pueden clasificarse en función de su finalidad. Por tanto, podemos encontrar diferentes clases de fosas sépticas dependiendo del material del que están hechas o de su funcionamiento.
Fosas sépticas de acumulación
Estas fosas son las más básicas: simplemente recolectan los desechos hasta que se llenan, momento en el cual deben ser vaciadas por un camión cisterna. No hay ningún tipo de tratamiento del agua, por lo que es esencial vaciarlas con frecuencia para evitar problemas de salud y medioambientales.
Fosas sépticas de filtro biológico
En estas fosas, el líquido pasa a través de un filtro biológico que contiene material como arena o grava para permitir que las bacterias crezcan y descompongan los contaminantes sólidos que se sedimentan al fondo del tanque y la espuma que flota. Esto mejora significativamente la calidad del agua (efluente) antes de que se libere al suelo.
Fosas sépticas de oxidación total
Más avanzadas y efectivas que las anteriores, estas fosas utilizan un sistema de aireación para introducir oxígeno en el tanque, lo que fomenta el crecimiento de bacterias aerobias. Estas bacterias son mucho más eficaces en la descomposición de la materia orgánica, lo que resulta en un efluente mucho más limpio. De hecho, el agua tratada puede ser tan limpia que a veces se reutiliza para riego.
Fosas sépticas de hormigón, ladrillo y acero inoxidable
El hormigón es uno de los materiales más duraderos, y las fosas de este material pueden durar décadas si se construyen y mantienen adecuadamente. Son muy robustas y pueden soportar grandes cantidades de residuos y presión del suelo, aunque pueden ser propensas a agrietarse con el tiempo, especialmente en áreas con movimientos del tierras.
Las de ladrillo son menos comunes hoy en día porque requieren un trabajo de construcción más complejo y pueden ser menos resistentes a la filtración de agua en comparación con otros materiales, pero con el correcto revestimiento y mantenimiento, pueden funcionar adecuadamente.
Las fosas sépticas de acero inoxidable, por su parte, son extremadamente duraderas y resistentes a la corrosión. Este material es ideal para áreas con altos niveles de humedad o condiciones corrosivas. No obstante, pueden ser más caras y requieren una instalación profesional para garantizar que no haya problemas de oxidación en las soldaduras.
Fosas sépticas de fibra de vidrio y polietileno
La fibra de vidrio es una excelente opción para fosas sépticas debido a su resistencia a la corrosión y a las grietas. Son ligeras, impermeables y no se ven afectadas por las fluctuaciones del suelo, lo que las hace muy duraderas a largo plazo.
En cuanto al polietileno, este material plástico es cada vez más popular en la construcción de fosas sépticas debido a su flexibilidad, durabilidad y resistencia a la corrosión, además de ser ligeras y fáciles de instalar. Sin embargo, pueden ser menos robustas bajo cargas pesadas en comparación con el hormigón o el acero.