A lo largo de la historia son muy pocas las civilizaciones que permitieron a las mujeres desarrollarse como algo más que esposas y madres. Durante el siglo XIX, en Gran Bretaña, este hecho no había cambiado y las mujeres eran consideradas a todos los efectos ciudadanas de segunda categoría, con pocos o ningún derecho sobre sus vidas. Las únicas salidas, más allá del matrimonio, eran la enseñanza o la prostitución y a esta última actividad se dedicó la protagonista de este artículo. Acompáñanos a conocer a Harriette Wilson: La venganza de una Cortesana en la Corte Inglesa.
Harriette Wilson o la venganza de una cortesana
Harriette nació en Londres en 1876 y fue una de los 15 hijos del matrimonio formado por el relojero suizo John James Dubouchet (que cambió su apellido por el de Wilson) y la inglesa Amelia Cook. Como la propia Harriette explica en sus memorias, a los 10 años tomó la decisión de no contraer matrimonio -ya que había observado en sus padres que era una manera de hacer desgraciadas a las personas-, y vivir su vida libremente.
Siguió los pasos de su hermana Amy, que un día sin más explicaciones abandonó el hogar paterno en busca de aventuras. Al poco tiempo tenía un amante adinerado y se introducía en el mundo «cortés» de la alta sociedad londinense. Harriette, a los 15 años, se convirtió en la amante del Conde de Craven. Por su cama pasaron muchos hombres insignes de la Inglaterra del momento e incluso se carteó con el propio rey George IV que quiso hacerla su amante -aunque no hay pruebas de que lo fuera-. Otros de sus amantes fueron el duque de Wellington, lord Palmerston, lord Byron o el duque de Argyle.
Harriette atraía a los hombres escribiéndoles apasionadas cartas y cuando se convertían en sus amantes los sometía a algún tipo de chantaje más o menos velado. Harriette consiguió arrancar a muchos de sus protectores la promesa de que cuando llegara a la vejez -que ella consideró que empezaba a los 30 años- la mantendrían económicamente. Sin embargo, un tiempo después, sus antiguos amantes decidieron que no valía la pena seguir pagando a Harriette. Este hecho, unido a que el duque de Bedford le negó una cantidad que le había prometido si abandonaba a su hijo y heredero, el marqués de Worcester, la decidieron a ponerse en contacto con un editor y escribir sus memorias.
Harriette explica en su libro que esa fue la única manera que encontró para sobrevivir. La mujer junto con el editor enviaron cartas a más de 200 prohombres que habían pasado por la cama de Harriette ofreciéndoles la posibilidad de pagar para no salir en las memorias. A pesar de que algunos pagaron, ella los hizo salir igual en su libro, en el que además explicaba chismes de la corte que implicaban incluso al rey. Esta fue su venganza.
Sus escritos tuvieron un enorme éxito y los lectores esperaban ansiosos las nuevas entregas, ya que se publicó en capítulos. El libro se tituló «Las memorias de Harriette Wilson, escritas por ella misma«. La figura de Harriette ha sido plasmada en libros, películas e incluso en una serie radiofónica de la BBC.
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