Terrible y rocambolesca, así  es la historia de la cabeza de Haydn. Sí, de su cabeza, porque el célebre compositor fue decapitado tras su muerte y la calavera no reposó junto a los demás restos hasta 146 años después. ¿Cuál fue la razón? ¿Qué fue de ella en ese siglo y medio? Presta atención, porque la historia no tiene desperdicio.

La tremenda historia de la calavera de Haydn

Haydn moría a los 77 años y recibía sepultura sin grandes boatos en el cementerio de Hundstrum. Las campañas napoleónicas hicieron que en aquel momento la atención estuviera puesta en cuestiones políticas, de mayor relevancia que el fallecimiento de un compositor.

Ya en 1820, y con una situación más tranquila, el príncipe Esterházy decidió darle una sepultura más digna. Esta familia había estado estrechamente unida a Haydn, por ello se eligió un iglesia dentro de sus propiedades, la de Eisenstadt, para darle descanso eterno. Al abrir el féretro llegó la gran sorpresa: estaba el cuerpo, estaba la peluca ¡pero faltaba la cabeza!

Haydn

¿Qué había pasado? Tras una investigación se descubrió que dos de las pocas personas que habían acudido al primer entierro del músico, Carl Rosenbaum y Johann Nepomuk Peter, habían sobornado al sepulturero para cometer semejante atrocidad. La razón era que ambos eran aficionados a la frenología, una disciplina entonces de moda por la que se creía que las capacidades del individuo se reflejan en el relieve del cráneo.

En aquella época no era demasiado complicado hacerse con los cuerpos de vagabundos o delincuentes muertos. Pero tener la posibilidad de estudiar la testa de un auténtico genio debió de ser para ellos una tentación insoportable. Y fue así como Haydn, literalmente, perdió la cabeza.

Tumba Haydn

Cuando se conoció lo ocurrido, el escándalo en la sociedad vienesa fue monumental. Pero lejos de arrepentirse y devolver el objeto de su deseo, Rosenbaum llegó incluso a esconder la calavera en un colchón para evitar que la descubrieran en un registro. El príncipe Esterházy, deseoso de dar por fin descanso eterno a Haydn tomó una solución drástica y teóricamente infalible: comprarla. Así lo hizo, colocándola poco después en la tumba del compositor.

Pero este no es el fin de la historia, solo un intermedio, porque la que se vendió no era la verdadera calavera de Haydn. Los ladrones la mantuvieron en su poder y, una vez desaparecidos, acabó en la Sociedad de Amigos de la Música de Viena, donde estuvo dentro de una vitrina e incluso sobre un piano durante años. No fue hasta los años 20 del siglo XX cuando tras un estudio detallado de los restos, por fin, se pudo comprobar que efectivamente esa era en realidad la calavera del Haydn.

Calavera de Haydn

Aun así hubo que esperar nada menos que a 1954 para que la cabeza del genial compositor se uniera a su cuerpo y descansara en un nuevo mausoleo. Aquello fue todo un acontecimiento que se celebró con el máximo boato y con asistencia de personalidades destacadas del momento. Al fin y al cabo, la espera había sido más que prolongada. Los restos de Haydn reposaban, por fin al completo, en un mismo lugar.

¿Habías oído hablar de esta historia? Si te ha interesado, seguro que te gustará leer Mokomokai, la costumbre de conservar la cabeza de tus antepasados.

Imágenes: Ljuba brank, wikimedia commons