La historia de Santa Marina es una maravilla. Para darte cuenta de ello, no tienes por qué ser católico ni creyente; bastará con que sepas apreciar una buena historia. La historia de Santa Marina lo tiene todo: amor, resignación, sacrificio, traición, valentía, honor… ¡Y una mujer que se hace pasar por hombre para conseguir lo que se propone! Casi podría ser una historia salida del universo de Juego de Tronos (aunque probablemente con más ropa y, desgraciadamente, también sin dragones). En Supercurioso te invitamos a conocerla, ¿nos acompañas? 🙂
La historia de Santa Marina | La Santa que todos creyeron que era un hombre, ¡pero no!
1. La determinación de la joven Marina
Dice la leyenda que la historia de Santa Marina empieza hacia el año 725, cuando su madre muere siendo ella todavía una niña. Es por eso que la pequeña crece junto a su padre en un ambiente de profunda fe y religión en el Líbano, que es donde viven. Cuando ya es una chica joven, su padre le dice que le buscará un marido y que luego él se retirará al monasterio del valle de Qadisha, pero su hija no está de acuerdo.
-Padre – le dice Marina -, ¿por qué queréis salvaros y condenarme a mí? Dejádme que os acompañe en vuestro retiro espiritual.
A lo que su padre contesta que no puede convertirse en monje, porque es una mujer. Marina le contesta que no se preocupe y que la deje hacer. Durante la noche, Marina corta sus gruesas trenzas hasta quedarse con el pelo corto como el de un hombre. Cuando amanece, está lista para partir vestida con un hábito y con la cara cubierta con una capucha: nadie podría sospechar que se trata de una mujer. Su padre, sorprendido y orgulloso por la determinación de su hija, da todas sus posesiones a los pobres. Juntos, se encaminan al monasterio, donde los reciben como nuevos monjes sin problemas, y los dos pasan a compartir una celda y a tener una vida sencilla y retirada.
2. La hija del posadero
Durante diez años, la vida de Marina y de su padre transcurre con calma y paz. Sus días están llenos de meditación, de rezos y del duro trabajo de atender el pequeño huerto del monasterio. Nadie sospecha que Marina, a quien conocen como Marino, en realidad es una mujer, ni siquiera cuando su padre muere y Marina se queda sola en el mundo.
La joven se ha convertido en un monje respetado en la comunidad por su prudencia y su sabiduría. Los demás atribuyen su voz, tan suave, a las horas de plegaria y a la vida tan estricta que llevaban. Todo parecía ir bien, pero la historia de Santa Marina no termina aquí. De hecho, ahora las cosas empiezan a enturbiarse.
Todo empieza cuando el abad envía a Marina y a otros tres monjes a la capital a hacerse cargo de algunos asuntos. Por el camino, los tres tienen que pasar la noche en una posada en la que también se encuentra un regimiento romano.
Uno de los soldados se fija en los tres monjes que cenan sopa en un rincón mientras su regimiento canta, baila y se emborracha. Este soldado también le ha echado el ojo a la hija del posadero, una joven con una belleza extraordinaria a quien seduce. Por la mañana, cuando el resto del regimiento lo llama a gritos para ponerse en camino, el soldado le dice a la hija del posadero:
-Si alguien te preguntara, dile que te acostaste con el padre Marino.
La noche anterior había oído el nombre de Marina a través del fino tabique que separaba las habitaciones. La hija del posadero asiente y el soldado, con una risilla, baja las escaleras corriendo.
3. Mentiras y exilio
Pasaron los meses y la hija del posadero vio que se había quedado embarazada. Como le había dicho el soldado, dijo que el responsable era el padre Marino. Cuando el abad se entera, furioso, le pide explicaciones a Marina. Por supuesto, ella sabe que podría dejar clara su inocencia de manera muy fácil, pero decide no hacerlo porque sabe que probablemente el niño no tenga a nadie que lo cuide. Así que Marina miente y hace creer a los demás que efectivamente es el padre.
El abad, furioso, echa a Marina del convento y, cuando la hija del posadero da a luz, le entrega al niño. Marina no se rinde y, durante diez largos años, trabaja día tras día para que no le falte de nada al pequeño, al que llama Fortunato. Lo que sea para que el niño crezca sano y feliz. De hecho, Marina trabaja tanto y tan duro que sus antiguos hermanos convencen al abad de readmitirla en el convento. Finalmente, el abad cede, pero no sin castigar a Marina haciéndola responsable de las tareas más desagradecidas del convento.
4. Justicia para la historia de Santa Marina
Sin embargo, cuando Marina tiene cuarenta años, cae víctima de una enfermedad y muere en tres días. El abad ordena a los demás monjes que laven y amortajen su cuerpo, como es costumbre. Al cumplir sus órdenes, los monjes descubren que Marino es en realidad una mujer. Cuando esto llega a oídos del abad, entiende que toda esta penitencia ha sido innecesaria y que Marina siempre fue inocente, con lo que llora amargamente junto al cuerpo de la mujer.
En su funeral, uno de los monjes recuperó la vista, que había perdido de un ojo. ¿Y la hija del posadero y el soldado? Fueron víctimas de tormentos hasta que confesaron su culpa y se arrepintieron.
La historia de Santa Marina es apasionante y muy interesante, ¿verdad? Dinos, ¿conocías la historia de esta santa? ¿Crees que nos hemos dejado algo por contar? ¡Recuerda que puedes contarnos lo que quieras en un comentario!