Durante siglos las mujeres han sido relegadas a los trabajos considerados femeninos y apartadas de aquellos que se consideraban impropios. Le estaban permitidos los que de alguna manera se relacionasen con la casa, la educación o el nacimiento de nuevos seres. Esta es la historia de una mujer que, a principios del siglo XIX, quiso ser médico. James Barry, el médico que era una mujer.
Sólo al enterrarlo supieron que era una mujer: el Dr. James Barry
Margaret Ann Bulkley, nació a finales del siglo XVIII en Irlanda. Era la segunda de tres hermanos de una familia acomodada. El hermano de su madre, James Barry, era un conocido artista y profesor de pintura en Londres. La familia pasó apuros económicos ya que el padre fue encarcelado y dejó a Margaret y su madre sin recursos. Las cartas familiares de esa época hablan de las dificultades económicas y de algo más: necesitan la ayuda de los amigos progresistas de su tío James Barry para una conspiración. Margaret Ann quiere ser médico, pero como mujer no será admitida en ninguna facultad de medicina del país.
En las siguientes cartas se explica que la señora Bulkley embarca hacia Edimburgo acompañada de un joven que va a iniciar sus estudios de medicina en la University of Edinburgh Medical School de esa ciudad. Margaret Ann ha desaparecido; nunca más se vuelve a hablar de ella. El joven se llama como el tío de la chica James Barry.
Se graduó como médico en 1812 y como cirujano en Londres en 1813. Ingresó como médico asistente en el ejército y se cree que participó en la batalla de Waterloo en 1815. Posteriormente fue destinado a la India y a Sudáfrica. En Ciudad del Cabo mejoró el suministro de agua de la ciudad y efectuó con éxito una de las primeras cesáreas de la historia en la que sobrevivieron madre e hijo. Por su honestidad e ideas avanzadas se granjeó la enemistad del estamento médico de la colonia, que aprovechó para acusarlo de mantener relaciones homosexuales con el gobernador, Lord Charles Somerset. Abandonó Sudáfrica en 1828.
Su vida siguió vinculada al ejército y tuvo destinos en muchos lugares del mundo, donde siempre procuró mejorar las condiciones sanitarias tanto de la tropa como de las poblaciones nativas de los lugares a los que era destinado. Se jubiló con el título de Inspector General de Hospitales. Murió de disentería en 1865. A su muerte, la mujer que lo atendía y que se encargó de lavar el cadáver antes de enterrarlo descubrió que era una mujer y según dijo, por signos inequívocos que observó, posiblemente había dado a luz en algún momento de su vida. Intentó hacer chantaje con esta información al ejercito británico y como no fue atendida propagó la noticia. Al darse a conocer el hecho, otras personas afirmaron que ya lo sabían. El médico que lo atendió durante su enfermedad se limitó a decir que el difunto era James Barry, y que no era de su incumbencia saber si era hombre, mujer o hermafrodita. El ejército mantuvo durante casi 100 años en secreto los archivos del caso. En 1950, la historiadora Isobel Rae pudo consultarlos y concluyó que el Dr. Barry era en realidad Margaret Ann Bulkley, la sobrina del pintor James Barry.
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