Según dicen es la ballena más solitaria del planeta. Como ya sabemos esta especie de animales marinos suelen vivir en grupos, en amplios grupos familiares donde establecen fuertes vínculos mediante los cuales hacen frente a las adversidades.
Solo se separan de sus unidades alguna que otra vez, cuando una ballena está a punto de dar a luz, por ejemplo. Se aleja temporalmente, para días después regresar con los suyos. Nada más. Son pues criaturas maravillosas que disfrutan viviendo, creciendo y viajando con los suyos. Pero los biólogos descubrieron en 1992 una rara excepción. Una ballena que, por alguna razón, lleva viviendo sola más de 22 años.
El curioso caso de la ballena solitaria
Ya en 1992 un grupo de biólogos descubrió en los fiordos del mar del Norte, algo realmente peculiar. ¿Cómo podía ser que una ballena avanzara en soledad durante tantos días por aquella zona? Durante el tiempo que estuvieron observándola, no vieron en ningún momento a ningún otro espécimen acercarse a ella. Se limitaba simplemente, a nadar en la más completa soledad, sin familia, sin pareja. No tenía grupo alguno y era como un enorme ser errante sin rumbo alguno.
No se olvidaron de ella en ningún momento. Registraron sus características y la catalogaron para no perderla de vista, para seguir estudiando a ese curioso ejemplar, que, por alguna razón, llevaba una vida en completa soledad. Fue en 2004 cuando viajaron de nuevo a los fiordos para conocerla un poco mejor. Para averiguar la razón de su misterio.
Seguía siendo igual de maravillosa, un ejemplar de buen aspecto y buena salud. La ciencia había avanzado bastante desde los años 90, así que ahora disponían de más tecnología para hacerle nuevos exámenes. ¿Qué le pasaba pues a la triste ballena? El problema estaba en su lenguaje.
Como ya sabes las ballenas, suelen comunicarse a través de una serie de cantos. Unos cantos que se emiten en unas frecuencias comprendidas entre 12 y 25 hercios. ¿Y bien? Pues nuestra singular ballena es diferente. Ella canta a 52 hercios nada más y nada menos, una peculiaridad por la que ninguno de sus congéneres la puede oír, es imposible. Nadie escucha esta inusual frecuencia. Sencillamente, es como si hablara otro idioma.
Los científicos suelen decir además, que esta ballena aparece de la nada, como una especie de alma en pena que emite un sonido tan peculiar que asemeja casi un llanto. Como un lloro de un animal perdido, que no puede seguir siquiera las rutas migratorias tradicionales de sus propios congéneres.
Esta ballena suele preferir la tranquilidad de las profundidades marinas, de ahí que aparezca de la nada, irrumpiendo en la superficie directamente desde el fondo del mar. Es tanta la expectación que ha levantado en la comunidad científica, que muchas instituciones estadounidenses han invertido tiempo y dinero en saber qué le ocurre a esta ballena triste. EL Cuerpo de Ingenieros de la US Army, el Departamento de Defensa de EE UU, el Servicio Nacional de Pesca Marina y la Institución Oceanográfica Woods Hole, suelen seguirla habitualmente. Se aseguran de que está bien, y de que sigue conservando buena salud… aunque aparente cierta tristeza.
Algunos biólogos comentan que es posible que padezca alguna malformación de nacimiento, o más aún… cabe la posibilidad de que sea una especie de híbrido de una ballena azul y otra especie, es decir, sería la única con esta peculiaridad. Porque la sencilla realidad, es que ningún científico ha podido saber con seguridad a qué especie pertenece.
Lo único que sabemos es que es diferente, que canta en una tonalidad que los suyos no escuchan… y que sigue nadando sola. Un gigante solitario a la que todos desearíamos acompañar en sus viajes, para aliviar su posible tristeza…