Pocas marcas tienen tanta historia y trascendencia como la creada por Henry Ford a principios del siglo XX. Padre de esa revolución automovilística donde por fin, las grandes masas podían tener acceso a unos coches de precio aceptable con los cuales, poder formar parte de ese nuevo motor que movía la sociedad. Pero, ¿Sabías que fue el industrial que más apoyo brindó a la institución hitleriana durante el ascenso del nazismo? Así es.
Pero ojo, el que el fundador de la Ford Motor Company extendiese sus lazos hacia el nazismo, nada tiene que ver con la clásica empresa que hoy en día todos conocemos y que nos ofrece utilitarios siempre tan interesantes. Todo se debió a la singular personalidad de este hombre de negocios, y de quien pasamos a hablarte seguidamente.
Henry Ford, un hombre de negocios con inclinaciones antisemitas
Admitámoslo, su rostro ya posee de por sí una mirada que no ofrece precisamente excesiva confianza. Pero no podemos negar que fue un pionero absoluto en su materia, un hombre de negocios que implantó las cadenas de producción y la fabricación en serie. Su Ford T supuso el pistoletazo de salida para unos coches de bajo coste que permitían a la clase media poder acceder a ese medio de transporte antes asociado a las clases altas.
Un visionario que revolucionó el mundo de la industria pero que siempre hubo de lidiar con un aspecto que le incomodaba en especial: el odio a los judíos. Y fue por esto, por lo que puso sus vistas en esa otra personalidad con la que compartía los mismos intereses por tener a los judíos como un enemigo común. Adolf Hitler.
Lamentablemente su posición no fue solo un capricho, una sensación de antipatía sin más trascendencia. En absoluto. Henry Ford era profundamente antisemita, y quiso poner los medios para encender «motores» a una posible solución que en Alemania no tardarían en iniciar. Pero antes puso en marcha una campaña en su país, creando folletines para publicitar sus ideas de una forma bastante cruda. Un ejemplo de ello fueron una serie de tratados titulados «El judío internacional, el mayor problema mundial». Llegó a lanzar incluso un periódico nacional ensalzando dichas ideas y que, lo creamos o no, llegó a tener miles de seguidores.
Como dato a tener en cuenta, cabe decir que Ford es el único estadounidense que aparece en el libro de Hitler, «Mi lucha». De hecho se sabe que Hitler sentía gran admiración por el industrial. ¿La razón? ¿Era simple compañerismo por compartir ideas semejantes? En absoluto, la mente de Hitler era demasiado fría para simples compañerismos. Su respeto venía por la gran cantidad de dólares que Ford donaba al partido del Führer con el fin de que la política alemana pudiera acceder al poder.
Una vez el nazismo llegó a la esfera del país, Henry Ford siguió siendo puntual en esa amabilidad monetaria. De hecho, cada año enviaba cincuenta mil marcos a Hitler como regalo de cumpleaños. Y como respuesta éste le envió la Gran Cruz del Águila, ya sabes… la mayor distinción que concedía la Alemania nazi a los extranjeros.
Un gran aliado como puedes ver. Pero lamentablemente no fue solo Henry Ford el único defensor americano del ideario nazi en aquellos tiempos. Aunque eso, lo veremos en próximos artículos…