La llaman «La catedral de cristales de Naica» y está en Chihuahua, México. Una maravilla geológica que recuerda mucho a la cueva secreta de Superman. Un escenario de equilibrio cristalino digno de cualquier película de ciencia ficción, y único en todo el mundo.
La impresionante cueva de cristales gigantes de México
Se trata de una cueva subterránea donde se acumulan cristales de yeso de gran tamaño, dispuestos de modo arbitrario pero configurando a su vez una mágica armonía capaz de eclipsar cualquier mirada, a cualquier visitante que tenga la suerte de llegar hasta dichas profundidades. No fue descubierta hasta el año 2000, cuando unos operarios que excavaban una galería a 300 metros de profundidad, dieron con este lugar de belleza asombrosa. Pensaron que habían llegado a otro mundo…
Un escenario de otro mundo
A primera vista parece imposible que dichos cristales de yeso adquieran semejante tamaño. Es algo único en nuestro planeta. La verdad es que nada más llegar a esta cueva, uno no puede evitar recordar aquel escenario de la película de Superman, donde el joven Kal-El debía activar determinados cristales para evocar el recuerdo de su planeta perdido. Kriptón.
¿Es pues esta cueva de Naica un apéndice quizá de otro planeta también? En absoluto. Todo tiene que ver con sus extremas condiciones ambientales. Normalmente, los cristales de yeso miden dos o tres centímetros, pero en este emplazamiento de México, la temperatura es de 50º, y con un 90% de humedad relativa. ¿El resultado? Que las estructuras de yeso adquieren con facilidad los los 10 metros de longitud y el metro de ancho. Asombroso, sin duda alguna.
El cristalógrafo Juan Manuel García Ruiz, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, nos explica que este descomunal crecimiento se debe también a la lentitud con la que han cristalizado. Según él, y para que lo entendamos, estos cristales aumentan a un ritmo que equivale al grosor de un cabello cada 100 años. Se trata de cristales que han estado creciendo durante cerca de un millón de años, nada más y nada menos.
Otro aspecto interesante es que debajo de la cueva de cristales de Naica existe centro volcánico que además de emitir calor, va liberando a su vez minerales. Todo ello ha configurado poco a poco este espacio único de 35 metros de largo por 20 de ancho, con una altura de unos ocho metros. La lenta y continua cristalización, fue dibujando década tras década estas fabulosas formas, un juego de bloques gigantes de yeso traslúcido que ahora, tras ser descubierto en el 2000 y quedar de pronto expuesto al aire, provoca que los cristales dejen de crecer y que corran peligro no solo de deteriorarse, sino de desaparecer.
Son muchas las personas y entidades que desean que las Cuevas de Naica sean declaradas Patrimonio de la Humanidad, algo así permitiría el que se pudieran conservar y respetar. Pero las excavaciones siguen realizándose en las cercanías, se trata de un escenario muy rico en plata y otros minerales, algo que provoca la continua alteración del terreno. Esperemos pues que se llegue a un acuerdo mediante el cual, algo tan extraordinario y bello a la vez siga perdurando con el mismo esplendor. Nuestro planeta es un pozo de maravillas por descubrir y ante todo…. que respetar.